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Encuentro federal de educación: los “sistemas de alerta temprana”, una ayuda clave para evitar la deserción

CÓRDOBA.– Bajo el lema “Educación para el desarrollo”, en la ciudad de Córdoba se reunieron responsables de Educación de ocho provincias, autoridades nacionales del área y especialistas internacionales para debatir sobre las políticas necesarias para enfrentar los principales desafíos de la escuela secundaria. El encuentro fue una iniciativa del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

En la Argentina, según datos de Argentinos por la Educación, solo el 13% de los alumnos que inician la primaria finalizan la secundaria en el tiempo previsto y con el nivel esperado en lengua y matemática. La situación, además, está atravesada por desigualdades geográficas, socioeconómicas y de género.

Gala Díaz Langou, directora ejecutiva del Cippec, planteó que la educación es la “inversión más fundamental que un país puede hacer en la generación de sus capacidades. Es el pilar más fuerte que podemos construir para convertirnos en un país próspero”. Subrayó que la actual crisis educativa requiere de un “liderazgo” por parte del sector público, en especial de los Estados provinciales, pero también de la participación de “privados, sindicatos, estudiantes, comunidades educativas, la sociedad civil y los medios, entre otros actores”.

El Cippec, junto a algunos gobiernos provinciales, trabaja en tres temáticas centrales de la política educativa: los sistemas de alerta temprana (SAT) para prevenir el abandono escolar en la secundaria, la mejora del secundario a partir de una articulación con el mundo laboral y la política de evaluación orientada a mejorar los aprendizajes.

Uno de los paneles de expositores de la jornada estuvo dedicado a ese tema. Tadeo García Zalazar, ministro de Educación de Mendoza, sostuvo que el SAT –que fue implementado en la provincia– es un tablero de comando “muy efectivo, que necesita mucha inversión de la gestión pública”. Este año se le hicieron mejoras para “reentrenar al modelo”.

En Entre Ríos, contó Alicia Fregonese, presidenta del Consejo General de Educación, se instrumentó en 80 instituciones y permitió identificar a 580 estudiantes con riesgo alto de abandono sobre un total de 29.193. “Empezó a hacer reflexionar a las escuelas la importancia de tener datos para tomar mejores decisiones”, definió.

También en Salta, desde 2022, se desarrolló el Sistema Integral de Información Digital Educativa (Sinide). De un total de 1000 instituciones cargadas, 850 lo utilizan regularmente (las otras 150 son rurales, lo usan menos, pero incorporan los datos nominales). Además, están trabajando en un registro de calificaciones y analizando, por zonas, cuáles son las asignaturas con mayores dificultades para “contextualizar diagnóstico y pensar estrategias de mejora”, describió Analía Guardo, secretaria de Planeamiento Educativo y Desarrollo Profesional Docente de Salta.

De ese panel participó también José Thomas, secretario general del Consejo Federal de Educación, quien enfatizó que los SAT son “uno de los caminos para encontrar la salida que necesitamos. Los sistemas educativos se multiplicaron en tamaño y en complejidad, y los SAT ayudan a focalizar, algo que nos cuesta mucho. Permiten contemplar variables claves para entender cómo acompañar a los chicos. Necesitamos acompañar trayectorias reales de los estudiantes y para esto es fundamental la información: tenemos que usarla”, dijo.

La Corporación Andina de Fomento (CAF) también tuvo un representante en la jornada, quien contó que para el área de educación hay fondos disponibles para financiar proyectos básicamente en los ejes de construcción de escuelas, capacitación de docentes y programas de retención de los alumnos. En ejecución hay iniciativas por unos US$600 millones; son líneas a 15 años, a tasas bajas que toman las provincias y la Nación es garante. Incluso hay varias de hasta US$100.000 que no se reintegran.

Esteban Torre, director de Educación del Cippec, ratificó en el cierre del encuentro que, cuando la coyuntura es crítica “como la que hoy atraviesa la educación y cuando el panorama por delante es incierto, el rol de los liderazgos se vuelve especialmente clave. Nuestro país necesita un liderazgo transformador, que priorice realmente a la educación, con una visión de futuro. Un liderazgo distribuido que sea un agente de coordinación política, involucre una diversidad de actores y potencie el aporte de cada uno”.

También hizo mención a un liderazgo “profesional que apueste a un Estado inteligente, que se apoye en la información para tomar decisiones y que fortalezca las capacidades técnicas de quienes empujan la nave para que llegue a buen puerto”.

CÓRDOBA.– Bajo el lema “Educación para el desarrollo”, en la ciudad de Córdoba se reunieron responsables de Educación de ocho provincias, autoridades nacionales del área y especialistas internacionales para debatir sobre las políticas necesarias para enfrentar los principales desafíos de la escuela secundaria. El encuentro fue una iniciativa del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

En la Argentina, según datos de Argentinos por la Educación, solo el 13% de los alumnos que inician la primaria finalizan la secundaria en el tiempo previsto y con el nivel esperado en lengua y matemática. La situación, además, está atravesada por desigualdades geográficas, socioeconómicas y de género.

Gala Díaz Langou, directora ejecutiva del Cippec, planteó que la educación es la “inversión más fundamental que un país puede hacer en la generación de sus capacidades. Es el pilar más fuerte que podemos construir para convertirnos en un país próspero”. Subrayó que la actual crisis educativa requiere de un “liderazgo” por parte del sector público, en especial de los Estados provinciales, pero también de la participación de “privados, sindicatos, estudiantes, comunidades educativas, la sociedad civil y los medios, entre otros actores”.

El Cippec, junto a algunos gobiernos provinciales, trabaja en tres temáticas centrales de la política educativa: los sistemas de alerta temprana (SAT) para prevenir el abandono escolar en la secundaria, la mejora del secundario a partir de una articulación con el mundo laboral y la política de evaluación orientada a mejorar los aprendizajes.

Uno de los paneles de expositores de la jornada estuvo dedicado a ese tema. Tadeo García Zalazar, ministro de Educación de Mendoza, sostuvo que el SAT –que fue implementado en la provincia– es un tablero de comando “muy efectivo, que necesita mucha inversión de la gestión pública”. Este año se le hicieron mejoras para “reentrenar al modelo”.

En Entre Ríos, contó Alicia Fregonese, presidenta del Consejo General de Educación, se instrumentó en 80 instituciones y permitió identificar a 580 estudiantes con riesgo alto de abandono sobre un total de 29.193. “Empezó a hacer reflexionar a las escuelas la importancia de tener datos para tomar mejores decisiones”, definió.

También en Salta, desde 2022, se desarrolló el Sistema Integral de Información Digital Educativa (Sinide). De un total de 1000 instituciones cargadas, 850 lo utilizan regularmente (las otras 150 son rurales, lo usan menos, pero incorporan los datos nominales). Además, están trabajando en un registro de calificaciones y analizando, por zonas, cuáles son las asignaturas con mayores dificultades para “contextualizar diagnóstico y pensar estrategias de mejora”, describió Analía Guardo, secretaria de Planeamiento Educativo y Desarrollo Profesional Docente de Salta.

De ese panel participó también José Thomas, secretario general del Consejo Federal de Educación, quien enfatizó que los SAT son “uno de los caminos para encontrar la salida que necesitamos. Los sistemas educativos se multiplicaron en tamaño y en complejidad, y los SAT ayudan a focalizar, algo que nos cuesta mucho. Permiten contemplar variables claves para entender cómo acompañar a los chicos. Necesitamos acompañar trayectorias reales de los estudiantes y para esto es fundamental la información: tenemos que usarla”, dijo.

La Corporación Andina de Fomento (CAF) también tuvo un representante en la jornada, quien contó que para el área de educación hay fondos disponibles para financiar proyectos básicamente en los ejes de construcción de escuelas, capacitación de docentes y programas de retención de los alumnos. En ejecución hay iniciativas por unos US$600 millones; son líneas a 15 años, a tasas bajas que toman las provincias y la Nación es garante. Incluso hay varias de hasta US$100.000 que no se reintegran.

Esteban Torre, director de Educación del Cippec, ratificó en el cierre del encuentro que, cuando la coyuntura es crítica “como la que hoy atraviesa la educación y cuando el panorama por delante es incierto, el rol de los liderazgos se vuelve especialmente clave. Nuestro país necesita un liderazgo transformador, que priorice realmente a la educación, con una visión de futuro. Un liderazgo distribuido que sea un agente de coordinación política, involucre una diversidad de actores y potencie el aporte de cada uno”.

También hizo mención a un liderazgo “profesional que apueste a un Estado inteligente, que se apoye en la información para tomar decisiones y que fortalezca las capacidades técnicas de quienes empujan la nave para que llegue a buen puerto”.

 El Cippec reunió en Córdoba que a representantes de ocho provincias; el debate con eje en la escuela secundaria  LA NACION

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