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La actividad clave para adultos mayores que disminuye el riesgo de demencia senil, según un estudio

Con el envejecimiento, el riesgo de desarrollar enfermedades como la demencia aumenta significativamente. Este término agrupa una serie de trastornos que afectan la memoria, el pensamiento y la capacidad de realizar actividades diarias. Sin embargo, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, ha identificado un ejercicio clave que puede ayudar a los adultos mayores a protegerse de esta condición: la jardinería.

El estudio, publicado por Journal of Environmental Psychology, analizó la vida de personas mayores que compartieron detalles sobre sus estilos de vida y participaron en pruebas frecuentes de sus habilidades cognitivas hasta los 90 años. Los resultados sugieren que la jardinería está asociada con beneficios cognitivos pequeños, pero detectables, que pueden tener un impacto positivo en la salud cerebral a lo largo del tiempo.

¿Puede la jardinería ayudar a evitar los trastornos de demencia en personas mayores?

El estudio, conocido como Lothian Birth Cohort 1921, siguió a personas que nacieron en Edimburgo, Escocia, y participaron en pruebas de inteligencia desde que tenían 11 años, como parte de la Encuesta Mental Escocesa de 1932. Cientos de ellos volvieron a tomar las mismas pruebas a los 79 años. De los 467 participantes, el 43% informó que practicaba la jardinería con regularidad, mientras que el 31% nunca lo había hecho.

Los resultados mostraron que aquellos que realizaban jardinería de forma frecuente presentaron una mejora en sus capacidades cognitivas a lo largo del tiempo en comparación con aquellos que no practicaban esta actividad. Entre los beneficios observados se incluyeron mejoras en la memoria, la resolución de problemas y la fluidez verbal. Si bien el deterioro cognitivo se aceleró en general entre los 79 y 90 años, los jardineros mostraron una mayor resistencia a la pérdida de habilidades cognitivas.

Según la coautora del estudio, la Dra. Janie Corley, la identificación de conductas que promuevan un envejecimiento saludable es crucial para la prevención del deterioro cognitivo y la demencia. La jardinería es una actividad que no solo promueve el ejercicio físico de bajo impacto, sino que también implica una serie de procesos mentales complejos. Desde planificar el diseño de un jardín hasta cuidar de las plantas, estas tareas requieren la activación de la memoria, la atención y la función ejecutiva, lo que puede ser beneficioso para el cerebro.

La Dra. Corley señala que esta actividad podría alinearse con el principio de “úsalo o piérdelo”, que sostiene que mantener activas las habilidades cognitivas puede ayudar a preservar la salud mental durante más tiempo. La jardinería, en particular, puede ofrecer un entorno en el que las personas mayores estimulan sus mentes de manera natural y relajante.

Otros beneficios de la jardinería para los adultos mayores

Además de sus beneficios cognitivos, la jardinería ofrece una amplia gama de ventajas para la salud física y emocional de los adultos mayores. Según lo dicho por la Dra. Azza Halim, especialista en antienvejecimiento, y retomado por Fox News, esta actividad también mejora la salud cardiovascular y ayuda a la circulación sanguínea, lo que es clave para mantener el bienestar general en edades avanzadas. Asimismo, fomenta el bienestar emocional y puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, factores que también influyen en el desarrollo de la demencia.

Asimismo, es considerada un ejercicio de bajo impacto, lo que la convierte en una opción segura y accesible para personas mayores que no pueden realizar actividades físicas más exigentes. Además, trabajar en un jardín permite estar al aire libre y en contacto con la naturaleza, lo que puede mejorar el estado de ánimo y contribuir a una mayor calidad de vida.

Si bien este estudio aporta información valiosa sobre la relación entre la jardinería y la salud cognitiva, los investigadores han señalado que no prueba una correlación directa entre la actividad y la prevención de la demencia. Existen otros factores que podrían influir en los resultados, como el acceso a áreas verdes, la interacción social y otros estilos de vida saludables.

Sin embargo, los hallazgos de este estudio refuerzan la idea de que las actividades físicas y mentales, como la jardinería, podrían ser clave para envejecer de manera saludable y reducir el riesgo de enfermedades como la demencia. A pesar de que el ejercicio físico en general es mayor en los jardineros, los beneficios cognitivos observados no parecen estar relacionados únicamente con la actividad física, lo que sugiere que el aspecto mental también es importante.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la demencia?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia afecta principalmente a las personas mayores de 65 años, pero no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla, incluidos la hipertensión arterial, el exceso de azúcar en la sangre, la obesidad, el tabaquismo y el aislamiento social.

Investigaciones anteriores también han sugerido que casi la mitad de los casos de demencia podría prevenirse o retrasarse al abordar factores de riesgo modificables a lo largo de la vida. Estos incluyen mantenerse físicamente activo, evitar el aislamiento social, controlar la presión arterial y mantener una alimentación saludable.

Con el envejecimiento, el riesgo de desarrollar enfermedades como la demencia aumenta significativamente. Este término agrupa una serie de trastornos que afectan la memoria, el pensamiento y la capacidad de realizar actividades diarias. Sin embargo, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, ha identificado un ejercicio clave que puede ayudar a los adultos mayores a protegerse de esta condición: la jardinería.

El estudio, publicado por Journal of Environmental Psychology, analizó la vida de personas mayores que compartieron detalles sobre sus estilos de vida y participaron en pruebas frecuentes de sus habilidades cognitivas hasta los 90 años. Los resultados sugieren que la jardinería está asociada con beneficios cognitivos pequeños, pero detectables, que pueden tener un impacto positivo en la salud cerebral a lo largo del tiempo.

¿Puede la jardinería ayudar a evitar los trastornos de demencia en personas mayores?

El estudio, conocido como Lothian Birth Cohort 1921, siguió a personas que nacieron en Edimburgo, Escocia, y participaron en pruebas de inteligencia desde que tenían 11 años, como parte de la Encuesta Mental Escocesa de 1932. Cientos de ellos volvieron a tomar las mismas pruebas a los 79 años. De los 467 participantes, el 43% informó que practicaba la jardinería con regularidad, mientras que el 31% nunca lo había hecho.

Los resultados mostraron que aquellos que realizaban jardinería de forma frecuente presentaron una mejora en sus capacidades cognitivas a lo largo del tiempo en comparación con aquellos que no practicaban esta actividad. Entre los beneficios observados se incluyeron mejoras en la memoria, la resolución de problemas y la fluidez verbal. Si bien el deterioro cognitivo se aceleró en general entre los 79 y 90 años, los jardineros mostraron una mayor resistencia a la pérdida de habilidades cognitivas.

Según la coautora del estudio, la Dra. Janie Corley, la identificación de conductas que promuevan un envejecimiento saludable es crucial para la prevención del deterioro cognitivo y la demencia. La jardinería es una actividad que no solo promueve el ejercicio físico de bajo impacto, sino que también implica una serie de procesos mentales complejos. Desde planificar el diseño de un jardín hasta cuidar de las plantas, estas tareas requieren la activación de la memoria, la atención y la función ejecutiva, lo que puede ser beneficioso para el cerebro.

La Dra. Corley señala que esta actividad podría alinearse con el principio de “úsalo o piérdelo”, que sostiene que mantener activas las habilidades cognitivas puede ayudar a preservar la salud mental durante más tiempo. La jardinería, en particular, puede ofrecer un entorno en el que las personas mayores estimulan sus mentes de manera natural y relajante.

Otros beneficios de la jardinería para los adultos mayores

Además de sus beneficios cognitivos, la jardinería ofrece una amplia gama de ventajas para la salud física y emocional de los adultos mayores. Según lo dicho por la Dra. Azza Halim, especialista en antienvejecimiento, y retomado por Fox News, esta actividad también mejora la salud cardiovascular y ayuda a la circulación sanguínea, lo que es clave para mantener el bienestar general en edades avanzadas. Asimismo, fomenta el bienestar emocional y puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, factores que también influyen en el desarrollo de la demencia.

Asimismo, es considerada un ejercicio de bajo impacto, lo que la convierte en una opción segura y accesible para personas mayores que no pueden realizar actividades físicas más exigentes. Además, trabajar en un jardín permite estar al aire libre y en contacto con la naturaleza, lo que puede mejorar el estado de ánimo y contribuir a una mayor calidad de vida.

Si bien este estudio aporta información valiosa sobre la relación entre la jardinería y la salud cognitiva, los investigadores han señalado que no prueba una correlación directa entre la actividad y la prevención de la demencia. Existen otros factores que podrían influir en los resultados, como el acceso a áreas verdes, la interacción social y otros estilos de vida saludables.

Sin embargo, los hallazgos de este estudio refuerzan la idea de que las actividades físicas y mentales, como la jardinería, podrían ser clave para envejecer de manera saludable y reducir el riesgo de enfermedades como la demencia. A pesar de que el ejercicio físico en general es mayor en los jardineros, los beneficios cognitivos observados no parecen estar relacionados únicamente con la actividad física, lo que sugiere que el aspecto mental también es importante.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la demencia?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia afecta principalmente a las personas mayores de 65 años, pero no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla, incluidos la hipertensión arterial, el exceso de azúcar en la sangre, la obesidad, el tabaquismo y el aislamiento social.

Investigaciones anteriores también han sugerido que casi la mitad de los casos de demencia podría prevenirse o retrasarse al abordar factores de riesgo modificables a lo largo de la vida. Estos incluyen mantenerse físicamente activo, evitar el aislamiento social, controlar la presión arterial y mantener una alimentación saludable.

 Un estudio reciente revela que una actividad física sencilla y de bajo impacto puede reducir el riesgo de demencia senil en adultos mayores. Descubre cuál es esta actividad clave para mejorar la salud cognitiva durante el envejecimiento.  LA NACION

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