Micaela Dalla Libera. La mujer de Tomás Costantini habla de la nueva vida familiar en Miami y su pasión por la fotografía
Hace dos años que, junto a su marido, Tomás Costantini (42), decidieron dejar su casa de Nordelta para instalarse con sus tres hijos, Santino (7), Valentino (5) y Faustina (4), en Miami. “Por suerte no me costó el cambio porque viví un par de años acá cuando era chica y con mi familia también veníamos de vacaciones. Miami siempre fue como una segunda casa”, le cuenta a ¡HOLA! Argentina del otro lado de la línea Micaela Dalla Libera (31), la hija del ex futbolista Mariano “Loco” Dalla Libera. Ya instalados en Estados Unidos, el hijo de Eduardo Costantini continuó desarrollando proyectos de real estate y hoy, además, dirige una compañía dedicada a la tecnología enfocada en ese segmento, con presencia en varios países de América. Micaela, en tanto, decidió explotar al máximo su pasión por la fotografía, además de seguir trabajando como social media manager. “Nos adaptamos muy bien. En el medio tuvimos varias mudanzas, vivimos un tiempo en Design District y ahora estamos en Miami Beach. Estar cerca de la playa me parece clave para que los chicos disfruten”, cuenta Micaela.
−Viven en Miami y eligen Playa del Carmen para irse de vacaciones. Se ve que les encanta el mar.
−Sí, nos encanta. Además, es un viaje que intentamos hacer todos los años. Para nosotros es un programón porque también vamos con unos amigos de Argentina que tienen hijos de las mismas edades que los nuestros. Lo vivimos como un reencuentro, donde los chicos juegan entre ellos y nosotros rompemos nuestra rutina para descansar. Viajar siempre hace bien, para mí es un mimo al alma.
–Ahora que están viviendo en Florida, ¿qué es lo que más disfrutás, además de sus playas?
–Me atrae el estilo de vida y esa sensación de libertad que te da el lugar. Acá cada uno vive su camino, sin prejuicios. Además, conocés gente de otras culturas y religiones. Con los chicos me doy cuenta de que vivir acá es también una suerte de inversión a largo plazo porque tienen la posibilidad de abrir sus cabezas, de relacionarse con gente de otros países y hacer uso de un nuevo idioma.
–¿Cuáles son los mayores desafíos?
–Hoy como madre creo que mi mayor desafío es la crianza que quiero darles a mis hijos. Quiero que ellos tengan una infancia feliz y hago todo lo posible para lograrlo. La distancia es un gran desafío en la construcción de los vínculos. Si bien Miami me encanta, es cierto que perdés esa cotidianeidad con la familia y los afectos. Y los chicos lo sienten, por eso trato de acompañarlos todo lo que puedo para que no sufran tanto. Quiero educarlos para que en el futuro puedan tomar decisiones sabiendo qué es lo que está bien y qué no. Mi deseo es que sean siempre buenas personas, que sean respetuosos, que todo lo que hagan sea con buenas intenciones.
–¿Cómo descubriste la fotografía?
–Ya desde chica me gustaba mucho. El tema es que nunca la exploté como me hubiera gustado. Y cuando quedé embarazada, menos. Dejé un poco de lado mis pasiones para ser mommy full time. Hoy que los chicos están más grandes, me estoy reencontrando conmigo misma. Y este camino es el que me trae de vuelta a la fotografía. Después pasó que además comencé a involucrarme en el real estate y ahí descubrí lo importante que es la manera en la cual uno vende una propiedad. La fotografía ayuda muchísimo a aumentar ventas, en especial en las redes.
–Con Tomás están juntos desde hace ocho años. ¿Qué admirás de él?
–Tomi es una persona que a lo largo de su vida pasó por muchísimas cosas y aún hoy sigue lidiando con nuevos desafíos. Creo que haberlo visto atravesar todo eso, avanzar y luchar por todo lo que siempre quiso es algo que me resulta sumamente admirable.
–¿Cómo es tu relación con Faustina, la princesa de la familia?
–Faustina es el amor de mi vida. [Se ríe]. Los chicos también, claro, pero como mujer me identifico más con ella. Tenemos una relación increíble y Fausti tiene una personalidad que me deja impresionada. Es superalegre, muy abierta, cariñosa. Es muy femenina, pero al mismo tiempo, con dos hermanos varones, aprendió a defenderse, no le tiene miedo a nada.
–En tus redes escribiste a principios de año: “Una de las mejores cosas en la vida es disfrutar, estar para mis hijos y para aquellos que me hacen feliz y ese es mi propósito para este 2024″. ¿Lograste cumplir con este objetivo?
–Este año tuve un poco de todo, de verdad soy muy agradecida de la vida que tengo. Rezo muchísimo e intento agradecer todos los días y es algo que estoy haciendo además con mis hijos, antes de cenar, damos gracias. A veces corremos tanto por la vida que no valoramos lo que tenemos. Por estos días estoy participando en muchas actividades voluntarias en la iglesia del colegio de mis hijos y me llena muchísimo. Me encantaría volver a hacer un poco más de cosas humanitarias como solía hacerlo cuando era chica. Voy por un 2025 bajo esa filosofía, tratando de ayudar al otro y hacer crecer más mi espiritualidad.
Hace dos años que, junto a su marido, Tomás Costantini (42), decidieron dejar su casa de Nordelta para instalarse con sus tres hijos, Santino (7), Valentino (5) y Faustina (4), en Miami. “Por suerte no me costó el cambio porque viví un par de años acá cuando era chica y con mi familia también veníamos de vacaciones. Miami siempre fue como una segunda casa”, le cuenta a ¡HOLA! Argentina del otro lado de la línea Micaela Dalla Libera (31), la hija del ex futbolista Mariano “Loco” Dalla Libera. Ya instalados en Estados Unidos, el hijo de Eduardo Costantini continuó desarrollando proyectos de real estate y hoy, además, dirige una compañía dedicada a la tecnología enfocada en ese segmento, con presencia en varios países de América. Micaela, en tanto, decidió explotar al máximo su pasión por la fotografía, además de seguir trabajando como social media manager. “Nos adaptamos muy bien. En el medio tuvimos varias mudanzas, vivimos un tiempo en Design District y ahora estamos en Miami Beach. Estar cerca de la playa me parece clave para que los chicos disfruten”, cuenta Micaela.
−Viven en Miami y eligen Playa del Carmen para irse de vacaciones. Se ve que les encanta el mar.
−Sí, nos encanta. Además, es un viaje que intentamos hacer todos los años. Para nosotros es un programón porque también vamos con unos amigos de Argentina que tienen hijos de las mismas edades que los nuestros. Lo vivimos como un reencuentro, donde los chicos juegan entre ellos y nosotros rompemos nuestra rutina para descansar. Viajar siempre hace bien, para mí es un mimo al alma.
–Ahora que están viviendo en Florida, ¿qué es lo que más disfrutás, además de sus playas?
–Me atrae el estilo de vida y esa sensación de libertad que te da el lugar. Acá cada uno vive su camino, sin prejuicios. Además, conocés gente de otras culturas y religiones. Con los chicos me doy cuenta de que vivir acá es también una suerte de inversión a largo plazo porque tienen la posibilidad de abrir sus cabezas, de relacionarse con gente de otros países y hacer uso de un nuevo idioma.
–¿Cuáles son los mayores desafíos?
–Hoy como madre creo que mi mayor desafío es la crianza que quiero darles a mis hijos. Quiero que ellos tengan una infancia feliz y hago todo lo posible para lograrlo. La distancia es un gran desafío en la construcción de los vínculos. Si bien Miami me encanta, es cierto que perdés esa cotidianeidad con la familia y los afectos. Y los chicos lo sienten, por eso trato de acompañarlos todo lo que puedo para que no sufran tanto. Quiero educarlos para que en el futuro puedan tomar decisiones sabiendo qué es lo que está bien y qué no. Mi deseo es que sean siempre buenas personas, que sean respetuosos, que todo lo que hagan sea con buenas intenciones.
–¿Cómo descubriste la fotografía?
–Ya desde chica me gustaba mucho. El tema es que nunca la exploté como me hubiera gustado. Y cuando quedé embarazada, menos. Dejé un poco de lado mis pasiones para ser mommy full time. Hoy que los chicos están más grandes, me estoy reencontrando conmigo misma. Y este camino es el que me trae de vuelta a la fotografía. Después pasó que además comencé a involucrarme en el real estate y ahí descubrí lo importante que es la manera en la cual uno vende una propiedad. La fotografía ayuda muchísimo a aumentar ventas, en especial en las redes.
–Con Tomás están juntos desde hace ocho años. ¿Qué admirás de él?
–Tomi es una persona que a lo largo de su vida pasó por muchísimas cosas y aún hoy sigue lidiando con nuevos desafíos. Creo que haberlo visto atravesar todo eso, avanzar y luchar por todo lo que siempre quiso es algo que me resulta sumamente admirable.
–¿Cómo es tu relación con Faustina, la princesa de la familia?
–Faustina es el amor de mi vida. [Se ríe]. Los chicos también, claro, pero como mujer me identifico más con ella. Tenemos una relación increíble y Fausti tiene una personalidad que me deja impresionada. Es superalegre, muy abierta, cariñosa. Es muy femenina, pero al mismo tiempo, con dos hermanos varones, aprendió a defenderse, no le tiene miedo a nada.
–En tus redes escribiste a principios de año: “Una de las mejores cosas en la vida es disfrutar, estar para mis hijos y para aquellos que me hacen feliz y ese es mi propósito para este 2024″. ¿Lograste cumplir con este objetivo?
–Este año tuve un poco de todo, de verdad soy muy agradecida de la vida que tengo. Rezo muchísimo e intento agradecer todos los días y es algo que estoy haciendo además con mis hijos, antes de cenar, damos gracias. A veces corremos tanto por la vida que no valoramos lo que tenemos. Por estos días estoy participando en muchas actividades voluntarias en la iglesia del colegio de mis hijos y me llena muchísimo. Me encantaría volver a hacer un poco más de cosas humanitarias como solía hacerlo cuando era chica. Voy por un 2025 bajo esa filosofía, tratando de ayudar al otro y hacer crecer más mi espiritualidad.
Tras instalarse junto a su marido y sus tres hijos, Santino, Valentino y Faustina, la social media manager cuenta los desafíos de la maternidad y sus sueños por cumplir LA NACION