La trastienda de la jura de Werthein: los empresarios y amigos invitados y los diálogos distendidos de dos funcionarias
Gerardo Werthein asumió esta tarde como nuevo canciller. El presidente Javier Milei le tomó juramento en el Salón Blanco, ubicado en el primer piso de Casa Rosada. La ceremonia se extendió por menos de diez minutos, pero las conversaciones distendidas entre los invitados se estiraron por más de media hora. Desde el comienzo de la administración libertaria, Werthein se había desempeñado como embajador en Estados Unidos. Como anticipó LA NACION, ahora tendrá a su cargo la “purga” en la Cancillería ordenada por Milei. Para eso, esta tarde le pidió a toda la cúpula diplomática que ponga a disposición su renuncia.
Su llegada al Palacio San Martín se da tras la salida de Diana Mondino. El cambio se produjo el último miércoles, luego del voto argentino en contra del bloqueo comercial de los Estados Unidos sobre Cuba. Pese a que ya es una tradición de la diplomacia argentina, el voto fue considerado inaceptable para Milei.
Uno de los hijos de Moyano fue invitado a Washington como “observador” de las elecciones
El sucesor de Werthein en la sede diplomática argentina en Washington se elegirá después de las elecciones en los Estados Unidos, previstas para este martes.
Al momento de asumir el cargo, Werthein prometió por Dios, la Patria y se hizo sobre la Torah, ubicada sobre la escritorio. Punto sobre el que hizo hincapié el presidente Milei, que aludió a “las fuerzas del cielo”.
Al acto, que empezó puntual a las 18.30, asistieron el asesor presidencial Santiago Caputo; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; los ministros Patricia Bullrich, Luis Petri, Mario Lugones, Sandra Pettovello, Luis Caputo y Federico Sturzenegger y la secretaria general de presidencia, Karina Milei. El único ausente del Gabinete fue el titular de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, ausente por estar presentando el Código Procesal Penal en las provincias de Neuquén y Río Negro.
El secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo; el titular de la SIDE, Sergio Neiffert; el portavoz Manuel Adorni; el vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán y el legislador bonaerense Agustín Romo también fueron de la partida, así como los empresarios Marcelo Mindlin y Alejandro Bulgheroni, acompañado de su esposa Betina.
Del lado de la familia y amigos de Werthein se ubicó Zulemita Menem y su pareja, el expresidente de River Plate Rodolfo D’Onofrio. También el exsenador de Pro Federico Pinedo, actual sherpa en el G20. Milei se acercó primero a ese sector para saludar, luego pasó al de funcionarios, con quienes se mostró de muy buen ánimo y abrazó afectuosamente a la gran mayoría de ellos.
Cuando la ceremonia terminó, Pettovello se acercó a dialogar amablemente con la prensa, lejos de su habitual bajo perfil. La ministra viene de recibir fuertes gestos de respaldo del Presidente para poner freno a los rumores internos. También se vio relajado a Neiffert, uno de los más locuaces del encuentro. El jefe de los espías charló animadamente con Karina Milei y con los empresarios como Gabriel Hochbaum y Martín Migoya, de Globant.
Bullrich también se quedó cerca, dialogando con otra parte de los invitados, lo mismo que Mindlin, titular de Pampa Energía. Romo se acercó a Zulemita Menem y su pareja, D’Onofrio, se mostró dialogando animadamente con Santiago Caputo. La médica Marcela Gotlib, exesposa de Werthein y madre de sus hijos, también se quedó un buen tiempo después de terminada la ceremonia.
La hermana del Presidente dialogó también distendidamente con los Bulgheroni y fue una de las últimas en irse del salón ubicado en el primer piso de la sede de gobierno, en el que hubo unas 50 personas. Lo propio hicieron los hijos del flamante funcionario.
Antes de la jura, se anunció la aceptación de la renuncia de Werthein a la embajada en Washington. El nuevo canciller llevará adelante una “purga” que le pidió el Presidente: la expectativa está puesta en reducir a la mitad el plantel del Palacio San Martín, estimado en 6000 personas. Si bien esa es la expectativa de máxima, en la Casa Rosada admiten ser conscientes de que ese número variará de acuerdo a las diferentes formas de contratación del personal.
Gerardo Werthein asumió esta tarde como nuevo canciller. El presidente Javier Milei le tomó juramento en el Salón Blanco, ubicado en el primer piso de Casa Rosada. La ceremonia se extendió por menos de diez minutos, pero las conversaciones distendidas entre los invitados se estiraron por más de media hora. Desde el comienzo de la administración libertaria, Werthein se había desempeñado como embajador en Estados Unidos. Como anticipó LA NACION, ahora tendrá a su cargo la “purga” en la Cancillería ordenada por Milei. Para eso, esta tarde le pidió a toda la cúpula diplomática que ponga a disposición su renuncia.
Su llegada al Palacio San Martín se da tras la salida de Diana Mondino. El cambio se produjo el último miércoles, luego del voto argentino en contra del bloqueo comercial de los Estados Unidos sobre Cuba. Pese a que ya es una tradición de la diplomacia argentina, el voto fue considerado inaceptable para Milei.
Uno de los hijos de Moyano fue invitado a Washington como “observador” de las elecciones
El sucesor de Werthein en la sede diplomática argentina en Washington se elegirá después de las elecciones en los Estados Unidos, previstas para este martes.
Al momento de asumir el cargo, Werthein prometió por Dios, la Patria y se hizo sobre la Torah, ubicada sobre la escritorio. Punto sobre el que hizo hincapié el presidente Milei, que aludió a “las fuerzas del cielo”.
Al acto, que empezó puntual a las 18.30, asistieron el asesor presidencial Santiago Caputo; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; los ministros Patricia Bullrich, Luis Petri, Mario Lugones, Sandra Pettovello, Luis Caputo y Federico Sturzenegger y la secretaria general de presidencia, Karina Milei. El único ausente del Gabinete fue el titular de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, ausente por estar presentando el Código Procesal Penal en las provincias de Neuquén y Río Negro.
El secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo; el titular de la SIDE, Sergio Neiffert; el portavoz Manuel Adorni; el vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán y el legislador bonaerense Agustín Romo también fueron de la partida, así como los empresarios Marcelo Mindlin y Alejandro Bulgheroni, acompañado de su esposa Betina.
Del lado de la familia y amigos de Werthein se ubicó Zulemita Menem y su pareja, el expresidente de River Plate Rodolfo D’Onofrio. También el exsenador de Pro Federico Pinedo, actual sherpa en el G20. Milei se acercó primero a ese sector para saludar, luego pasó al de funcionarios, con quienes se mostró de muy buen ánimo y abrazó afectuosamente a la gran mayoría de ellos.
Cuando la ceremonia terminó, Pettovello se acercó a dialogar amablemente con la prensa, lejos de su habitual bajo perfil. La ministra viene de recibir fuertes gestos de respaldo del Presidente para poner freno a los rumores internos. También se vio relajado a Neiffert, uno de los más locuaces del encuentro. El jefe de los espías charló animadamente con Karina Milei y con los empresarios como Gabriel Hochbaum y Martín Migoya, de Globant.
Bullrich también se quedó cerca, dialogando con otra parte de los invitados, lo mismo que Mindlin, titular de Pampa Energía. Romo se acercó a Zulemita Menem y su pareja, D’Onofrio, se mostró dialogando animadamente con Santiago Caputo. La médica Marcela Gotlib, exesposa de Werthein y madre de sus hijos, también se quedó un buen tiempo después de terminada la ceremonia.
La hermana del Presidente dialogó también distendidamente con los Bulgheroni y fue una de las últimas en irse del salón ubicado en el primer piso de la sede de gobierno, en el que hubo unas 50 personas. Lo propio hicieron los hijos del flamante funcionario.
Antes de la jura, se anunció la aceptación de la renuncia de Werthein a la embajada en Washington. El nuevo canciller llevará adelante una “purga” que le pidió el Presidente: la expectativa está puesta en reducir a la mitad el plantel del Palacio San Martín, estimado en 6000 personas. Si bien esa es la expectativa de máxima, en la Casa Rosada admiten ser conscientes de que ese número variará de acuerdo a las diferentes formas de contratación del personal.
El flamante canciller tendrá a cargo la “purga” que el Presidente exigió tras el voto contra el embargo estadounidense a Cuba y la eyección de Mondino, ausente en la ceremonia LA NACION