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Abierto de Palermo: Indios Chapaleufú y La Zeta hicieron ruido en la fecha de los dos cimbronazos en la Catedral

Sorpresa en la cancha 2 de Palermo. Por la zona B, La Zeta derrotó por 14-13 a Cría La Dolfina, en la última jugada del partido. Beltrán Laulhé tomó la bocha en sus sesenta yardas e inició una corrida memorable. A medida que aceleraba y avanzaba, iba tomando confianza y el gol del triunfo se hacía realidad. Lo persiguieron, no lo amedrentaron. Lo alcanzaron, no lo frenaron. Y definió como un maestro, con el corazón caliente y la mente fría, para deliro de los hinchas de La Zeta.

“Qué bravo fue el partido”, reconocíó Nicolás Pieres, que no tuvo una buena semana. “Recién ayer pude jugar unos chukkers y a media máquina, nomás, porque no estaba bien. El martes a la noche tuve fiebre y dolor de cabeza. Y con este calor en la cancha, no sabés lo que fue… Pero por suerte ganamos un partido tremendo y muy importante para nosotros”, completó el número 3, líder de La Zeta. Su conducción –con altibajos– y el temple de Laulhé –entre otras virtudes– le trastocaron los papeles al irregular Cría La Dolfina, que volvió muy preocupado a Cañuelas.

Sorpresa y media en la cancha 1. A continuación, por la zona A, Indios Chapaleufú, vestido de rosa, completó un sábado de locos al vencer por 16-13 y con autoridad al desconcertante La Hache, campeón del Abierto de Tortugas. El equipo que unifica los dos clubes de los Heguy cumplió una labor excepcional y redujo a la mínima expresión al fundado por Hilario Ulloa, que no contó con una de las figuras de la temporada: Tomás Panelo. El viernes, Tommy se golpeó durante una práctica y quedó al margen de la formación, a pesar de que su intención, aun dolorido, era ingresar a la cancha este sábado por la tarde. Su lugar fue ocupado por el inglés Tomas Beresford (28 años, 7 goles de handicap), que cumplió. El que no cumplió fue el equipo. Globalmente no funcionó. Y si conservó alguna esperanza de torcer la historia en el desenlace, eso se debió casi exclusivamente a la capacidad goleadora de Pablo Pieres.

Los palenques de Indios Chapaleufú celebraron a lo grande. Una mezcla de emoción, orgullo, felicidad y satisfacción desbordó la esquina del lado del tablero. “Así se juega en la cancha 1 de Palermo, como lo hicieron los chicos”, resaltó Eduardo Heguy, el padre de Cruz, autor de un gol antológico, desde unas cien yardas. “Jugaron como un equipo grande”, acotó su hermano Ignacio Heguy. Ésa es la síntesis de la nueva formación de Indios Chapaleufú.

Los primos Cruz y Antonio (hijo de Alberto, Pepe) se plantaron con personalidad en el campo. Impusieron su juego y, salvo en el primer chukker, en el que terminaron 0-1, dominaron siempre. Se adelantaron a 2-1 de inmediato y de a poco sacaron ventajas: un gol, dos goles, tres… Hasta marcar una tendencia irreversible. “¡Convénzanse de que pueden ganarlo!”, les pidió el Ruso en el último descanso, con el marcador 14-12. Y se convencieron, nomás. Salieron tranquilos al período decisivo, seguros de su juego. Y ganaron. “Éste es un equipo especial. Con mucha mística”, consideró Eduardo. “Los chicos jugaron el partido más importante, el que siempre soñaron. La verdad, fue un deleite verlos. Y enfrente había un equipazo, ¿eh?”, añadió.

Los protagonistas de la hazaña contaron sus sensaciones. “Es una alegría inmensa. De las más grandes que viví en mi corta carrera”, dimensionó Cruz Heguy. “Me tocó debutar en la cancha 1 y ganar. Fue tremendo. Muy lindo. Teníamos a toda nuestra familia viéndonos, mi abuelo [Alberto Pedro Heguy], todos…”, comentó Antonio. “Vinimos a jugar al polo y las cosas nos salieron bien. Estuvimos concentrados los ocho chukkers y eso fue fundamental”, destacó el otro delantero, Victorino Ruiz Jorba. “Estoy muy contento. Fue bravo, ¿eh? Lo de la gente es increíble, cómo nos apoyó… Parece que hubiéramos ganado Palermo y se trató sólo de un partido. Ahora hay que seguir ganando”, aseguró Teodoro Lacau.

Compacto de la sorpresa de Indios Chapaleufú

La historia cuenta que hace 41 años, dos experimentados campeones, de la segunda generación de polistas Heguy (Horacio Antonio y Alberto Pedro), más los dos mayores de la tercera camada (Horacio Segundo y Gonzalo Antonio), se presentaron en la misma cancha, la 1. Aquella tarde, un equipo nuevo irrumpía en Palermo y volteaba al campeón vigente, Santa Ana, con una actuación inolvidable. Esta vez, dos noveles jugadores de la cuarta generación de polistas Heguy, más Torito Ruiz y Teo Lacau, debutaron en el mítico escenario y redondearon una impecable actuación colectiva.

En 1983, nacía la leyenda de Indios Chapaleufú. En 2024, esa leyenda continúa.

Síntesis de Indios Chapaleufú 16 vs. La Hache 13

Indios Chapaleufú: Antonio Heguy, 7; Victorino Ruiz Jorba, 8; Cruz Heguy, 8, y Teodoro Lacau, 8. Total: 31.La Hache: Pablo Pieres, 9; Hilario Ulloa, 9; Francisco Elizalde, 9, y Tomas Beresford, 7. Total: 34.Progresión: Indios Chapaleufú, 0-1, 2-1, 5-3, 9-5, 10-8, 13-10, 14-12 y 16-13.Goleadores de Indios Chapaleufú: A. Heguy, 3; Ruiz Jorba, 2; C. Heguy, 9 (todos de penal), y Lacau, 2. De La Hache: Pieres, 7 (1 de penal); Ulloa, 3, y Elizalde, 3 (1 de córner).Jueces: Gastón Lucero y Gonzalo López Vargas. Árbitro: Martín Aguerre.Cancha: Nº 1 de Palermo.

Resumen de La Zeta 14 vs. Cría La Dolfina 13

Síntesis de La Zeta 14 vs. Cría La Dolfina 13

Cría La Dolfina: Rufino Bensadón, 8; Diego Cavanagh, 8; Alejo Taranco, 8, y Bautista Bayugar, 8. Total: 32.La Zeta: Lorenzo Chavanne, 6; Beltrán Laulhé, 6; Nicolás Pieres, 8, y Matías Torres Zavaleta, 8. Total: 28.Incidencias: en el 5º chukker fueron amonestados Cavanagh y Chavanne.Progresión: La Zeta 1-2; 3-2; 4-5: 5-6; 7-9; 8-11; 11-12; 14-13.Goleadores de La Zeta: L. Chavanne, 4 (2 de penal); Laulhé, 1; Pieres, 8 (3 de penal), y Torres Zavaleta, 1. De Cría La Dolfina: R. Bensadón, 2; Cavanagh, 1; Taranco, 2, y Bayugar, 8 (4 de penal).Jueces: Matías Baibiene y Guillermo Villanueva (h.). Árbitro: Rafael Silva.Cancha: Nº 2 de Palermo.

Sorpresa en la cancha 2 de Palermo. Por la zona B, La Zeta derrotó por 14-13 a Cría La Dolfina, en la última jugada del partido. Beltrán Laulhé tomó la bocha en sus sesenta yardas e inició una corrida memorable. A medida que aceleraba y avanzaba, iba tomando confianza y el gol del triunfo se hacía realidad. Lo persiguieron, no lo amedrentaron. Lo alcanzaron, no lo frenaron. Y definió como un maestro, con el corazón caliente y la mente fría, para deliro de los hinchas de La Zeta.

“Qué bravo fue el partido”, reconocíó Nicolás Pieres, que no tuvo una buena semana. “Recién ayer pude jugar unos chukkers y a media máquina, nomás, porque no estaba bien. El martes a la noche tuve fiebre y dolor de cabeza. Y con este calor en la cancha, no sabés lo que fue… Pero por suerte ganamos un partido tremendo y muy importante para nosotros”, completó el número 3, líder de La Zeta. Su conducción –con altibajos– y el temple de Laulhé –entre otras virtudes– le trastocaron los papeles al irregular Cría La Dolfina, que volvió muy preocupado a Cañuelas.

Sorpresa y media en la cancha 1. A continuación, por la zona A, Indios Chapaleufú, vestido de rosa, completó un sábado de locos al vencer por 16-13 y con autoridad al desconcertante La Hache, campeón del Abierto de Tortugas. El equipo que unifica los dos clubes de los Heguy cumplió una labor excepcional y redujo a la mínima expresión al fundado por Hilario Ulloa, que no contó con una de las figuras de la temporada: Tomás Panelo. El viernes, Tommy se golpeó durante una práctica y quedó al margen de la formación, a pesar de que su intención, aun dolorido, era ingresar a la cancha este sábado por la tarde. Su lugar fue ocupado por el inglés Tomas Beresford (28 años, 7 goles de handicap), que cumplió. El que no cumplió fue el equipo. Globalmente no funcionó. Y si conservó alguna esperanza de torcer la historia en el desenlace, eso se debió casi exclusivamente a la capacidad goleadora de Pablo Pieres.

Los palenques de Indios Chapaleufú celebraron a lo grande. Una mezcla de emoción, orgullo, felicidad y satisfacción desbordó la esquina del lado del tablero. “Así se juega en la cancha 1 de Palermo, como lo hicieron los chicos”, resaltó Eduardo Heguy, el padre de Cruz, autor de un gol antológico, desde unas cien yardas. “Jugaron como un equipo grande”, acotó su hermano Ignacio Heguy. Ésa es la síntesis de la nueva formación de Indios Chapaleufú.

Los primos Cruz y Antonio (hijo de Alberto, Pepe) se plantaron con personalidad en el campo. Impusieron su juego y, salvo en el primer chukker, en el que terminaron 0-1, dominaron siempre. Se adelantaron a 2-1 de inmediato y de a poco sacaron ventajas: un gol, dos goles, tres… Hasta marcar una tendencia irreversible. “¡Convénzanse de que pueden ganarlo!”, les pidió el Ruso en el último descanso, con el marcador 14-12. Y se convencieron, nomás. Salieron tranquilos al período decisivo, seguros de su juego. Y ganaron. “Éste es un equipo especial. Con mucha mística”, consideró Eduardo. “Los chicos jugaron el partido más importante, el que siempre soñaron. La verdad, fue un deleite verlos. Y enfrente había un equipazo, ¿eh?”, añadió.

Los protagonistas de la hazaña contaron sus sensaciones. “Es una alegría inmensa. De las más grandes que viví en mi corta carrera”, dimensionó Cruz Heguy. “Me tocó debutar en la cancha 1 y ganar. Fue tremendo. Muy lindo. Teníamos a toda nuestra familia viéndonos, mi abuelo [Alberto Pedro Heguy], todos…”, comentó Antonio. “Vinimos a jugar al polo y las cosas nos salieron bien. Estuvimos concentrados los ocho chukkers y eso fue fundamental”, destacó el otro delantero, Victorino Ruiz Jorba. “Estoy muy contento. Fue bravo, ¿eh? Lo de la gente es increíble, cómo nos apoyó… Parece que hubiéramos ganado Palermo y se trató sólo de un partido. Ahora hay que seguir ganando”, aseguró Teodoro Lacau.

Compacto de la sorpresa de Indios Chapaleufú

La historia cuenta que hace 41 años, dos experimentados campeones, de la segunda generación de polistas Heguy (Horacio Antonio y Alberto Pedro), más los dos mayores de la tercera camada (Horacio Segundo y Gonzalo Antonio), se presentaron en la misma cancha, la 1. Aquella tarde, un equipo nuevo irrumpía en Palermo y volteaba al campeón vigente, Santa Ana, con una actuación inolvidable. Esta vez, dos noveles jugadores de la cuarta generación de polistas Heguy, más Torito Ruiz y Teo Lacau, debutaron en el mítico escenario y redondearon una impecable actuación colectiva.

En 1983, nacía la leyenda de Indios Chapaleufú. En 2024, esa leyenda continúa.

Síntesis de Indios Chapaleufú 16 vs. La Hache 13

Indios Chapaleufú: Antonio Heguy, 7; Victorino Ruiz Jorba, 8; Cruz Heguy, 8, y Teodoro Lacau, 8. Total: 31.La Hache: Pablo Pieres, 9; Hilario Ulloa, 9; Francisco Elizalde, 9, y Tomas Beresford, 7. Total: 34.Progresión: Indios Chapaleufú, 0-1, 2-1, 5-3, 9-5, 10-8, 13-10, 14-12 y 16-13.Goleadores de Indios Chapaleufú: A. Heguy, 3; Ruiz Jorba, 2; C. Heguy, 9 (todos de penal), y Lacau, 2. De La Hache: Pieres, 7 (1 de penal); Ulloa, 3, y Elizalde, 3 (1 de córner).Jueces: Gastón Lucero y Gonzalo López Vargas. Árbitro: Martín Aguerre.Cancha: Nº 1 de Palermo.

Resumen de La Zeta 14 vs. Cría La Dolfina 13

Síntesis de La Zeta 14 vs. Cría La Dolfina 13

Cría La Dolfina: Rufino Bensadón, 8; Diego Cavanagh, 8; Alejo Taranco, 8, y Bautista Bayugar, 8. Total: 32.La Zeta: Lorenzo Chavanne, 6; Beltrán Laulhé, 6; Nicolás Pieres, 8, y Matías Torres Zavaleta, 8. Total: 28.Incidencias: en el 5º chukker fueron amonestados Cavanagh y Chavanne.Progresión: La Zeta 1-2; 3-2; 4-5: 5-6; 7-9; 8-11; 11-12; 14-13.Goleadores de La Zeta: L. Chavanne, 4 (2 de penal); Laulhé, 1; Pieres, 8 (3 de penal), y Torres Zavaleta, 1. De Cría La Dolfina: R. Bensadón, 2; Cavanagh, 1; Taranco, 2, y Bayugar, 8 (4 de penal).Jueces: Matías Baibiene y Guillermo Villanueva (h.). Árbitro: Rafael Silva.Cancha: Nº 2 de Palermo. En un deporte de pocas sorpresas, la fecha del Argentino Abierto entregó dos; la euforia de los Heguy y Nicolás Pieres luego de victorias que no olvidarán  LA NACION

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