Un experto en longevidad reveló cuál es el alimento que no puede faltar en su dieta

El deseo de vivir más y mejor llevó a investigadores de todo el mundo a analizar los hábitos de las poblaciones más longevas. Entre ellos, Dan Buettner dedicó más de 20 años a estudiar las “Zonas Azules”, regiones donde las personas superan los 100 años con una calidad de vida envidiable. A lo largo de sus estudios, identificó patrones de alimentación y también rutinas diarias que favorecen a una vejez saludable. Recientemente, reveló cuál es el alimento esencial que no puede faltar en la dieta de quienes buscan prolongar su vida y cómo la cantidad de comidas diarias influye en la longevidad.
Tras años de investigación, Buettner estudió en profundidad la alimentación de las personas más longevas del mundo y encontró un patrón en su forma de comer. Además de basarse en alimentos naturales y nutritivos, su dieta sigue una estructura específica: concentran la mayor parte de su ingesta calórica en un período de entre 10 y 12 horas y suelen limitarse a solo dos comidas diarias. Este enfoque no solo contribuye a mantener un peso saludable, sino que también favorece el buen funcionamiento del organismo y reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
El alimento que no puede faltar en la dieta
Según el experto, los porotos son un alimento clave en la dieta de las personas más longevas, ya que aportan una combinación ideal de proteínas vegetales, fibra y carbohidratos de absorción lenta. A través de sus redes sociales, el especialista destacó su importancia y compartió un detalle sobre su propia alimentación: “Siempre como porotos y trato de incluirlas en el desayuno y en la cena”. Además, su recomendación se basa en los beneficios comprobados de las legumbres para la salud cardiovascular, la regulación del azúcar en sangre y la promoción de una microbiota intestinal equilibrada, factores esenciales para una vida larga y saludable.
Comer dos veces al día
Más allá de los alimentos que componen su dieta, Buettner resaltó la importancia de los horarios en los que se consumen. Según sus investigaciones, las personas más longevas del mundo suelen concentrar la mayor parte de su ingesta calórica en un período de 10 a 12 horas, evitando extender las comidas a lo largo del día. “Sé que las personas más longevas consumen la mayoría de sus calorías en un lapso de unas 10 o 12 horas. Por eso, normalmente hago solo dos comidas al día”, aseguró.
Asimismo, este patrón de alimentación, basado en reducir el número de comidas y evitar el “picoteo” constante, se alinea con las recomendaciones de diversos especialistas en nutrición. Esto teniendo en cuenta que la estrategia de limitar la ingesta a un período más corto permite mejorar la digestión, optimizar el metabolismo y reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, lo que promueve una dieta más equilibrada y saludable.
En definitiva, aunque el enfoque de Buettner se fundamenta en décadas de estudio, es un tema de debate entre los expertos en nutrición. Mientras algunos sostienen que la cantidad de comidas diarias debe ajustarse a las necesidades individuales, otros coinciden en que restringir la ingesta a dos veces al día puede traer beneficios metabólicos y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, más allá de la frecuencia de las comidas, lo que parece indiscutible es que una alimentación basada en productos naturales, acompañada de hábitos saludables y un consumo equilibrado, es uno de los pilares fundamentales para alcanzar una vida larga y óptima.
El deseo de vivir más y mejor llevó a investigadores de todo el mundo a analizar los hábitos de las poblaciones más longevas. Entre ellos, Dan Buettner dedicó más de 20 años a estudiar las “Zonas Azules”, regiones donde las personas superan los 100 años con una calidad de vida envidiable. A lo largo de sus estudios, identificó patrones de alimentación y también rutinas diarias que favorecen a una vejez saludable. Recientemente, reveló cuál es el alimento esencial que no puede faltar en la dieta de quienes buscan prolongar su vida y cómo la cantidad de comidas diarias influye en la longevidad.
Tras años de investigación, Buettner estudió en profundidad la alimentación de las personas más longevas del mundo y encontró un patrón en su forma de comer. Además de basarse en alimentos naturales y nutritivos, su dieta sigue una estructura específica: concentran la mayor parte de su ingesta calórica en un período de entre 10 y 12 horas y suelen limitarse a solo dos comidas diarias. Este enfoque no solo contribuye a mantener un peso saludable, sino que también favorece el buen funcionamiento del organismo y reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
El alimento que no puede faltar en la dieta
Según el experto, los porotos son un alimento clave en la dieta de las personas más longevas, ya que aportan una combinación ideal de proteínas vegetales, fibra y carbohidratos de absorción lenta. A través de sus redes sociales, el especialista destacó su importancia y compartió un detalle sobre su propia alimentación: “Siempre como porotos y trato de incluirlas en el desayuno y en la cena”. Además, su recomendación se basa en los beneficios comprobados de las legumbres para la salud cardiovascular, la regulación del azúcar en sangre y la promoción de una microbiota intestinal equilibrada, factores esenciales para una vida larga y saludable.
Comer dos veces al día
Más allá de los alimentos que componen su dieta, Buettner resaltó la importancia de los horarios en los que se consumen. Según sus investigaciones, las personas más longevas del mundo suelen concentrar la mayor parte de su ingesta calórica en un período de 10 a 12 horas, evitando extender las comidas a lo largo del día. “Sé que las personas más longevas consumen la mayoría de sus calorías en un lapso de unas 10 o 12 horas. Por eso, normalmente hago solo dos comidas al día”, aseguró.
Asimismo, este patrón de alimentación, basado en reducir el número de comidas y evitar el “picoteo” constante, se alinea con las recomendaciones de diversos especialistas en nutrición. Esto teniendo en cuenta que la estrategia de limitar la ingesta a un período más corto permite mejorar la digestión, optimizar el metabolismo y reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, lo que promueve una dieta más equilibrada y saludable.
En definitiva, aunque el enfoque de Buettner se fundamenta en décadas de estudio, es un tema de debate entre los expertos en nutrición. Mientras algunos sostienen que la cantidad de comidas diarias debe ajustarse a las necesidades individuales, otros coinciden en que restringir la ingesta a dos veces al día puede traer beneficios metabólicos y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, más allá de la frecuencia de las comidas, lo que parece indiscutible es que una alimentación basada en productos naturales, acompañada de hábitos saludables y un consumo equilibrado, es uno de los pilares fundamentales para alcanzar una vida larga y óptima.
Dan Buettner estudió durante más de 20 años las claves de una vida larga y saludable y reveló algunos de sus hallazgos; todos los detalles LA NACION