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“Fase de ajuste”: los aranceles de Trump convulsionan el mercado de granos y abren un reto a los productores argentinos

Altamente dinámico. En un contexto global marcado por profundos cambios en la política comercial de Estados Unidos, la imposición de nuevos aranceles a sus importaciones está generando una metamorfosis constante en el mercado internacional de granos. Mientras la geopolítica y las negociaciones comerciales siguen en curso, el sector agrícola argentino se encuentra sumido en una gran incertidumbre y los productores observan con cautela la evolución de los precios y la transformación de un mercado de granos cada vez más atípico. Muchos hablan de una “fase de ajuste” todavía en desarrollo.

La tensión se ve amplificada por la vacilación respecto a los futuros acuerdos que podrían generar fuertes cambios en cuestión de minutos. Los productores argentinos, conscientes de esta volatilidad, se mantienen a la expectativa de cómo continuará el próximo capítulo de esta serie de suspenso e intriga, considerando además que los factores macroeconómicos locales pueden influir en el resultado final.

Guerra comercial: la soja en Chicago vive el temblor global con una fuerte volatilidad

En este escenario muy convulsionado, con una altísima volatilidad, los expertos examinan minuto a minuto las consecuencias de las decisiones políticas de las principales economías mundiales y ya perciben que el sector deberá adaptarse a las nuevas condiciones comerciales y aprovechar las oportunidades que puedan surgir en el corto plazo, mientras se vigilan de cerca los cambios en los diferenciales y las condiciones de oferta y demanda en los mercados globales. Aun así, advierten que todavía es muy temprano para saber si se trata de una amenaza o una oportunidad.

Gustavo López, de Agritend, señaló que “es muy prematuro hacer algún tipo de análisis y máxime saber si se vendió más o se vendió menos, porque estos son anuncios del viernes [ese día China respondió con un arancel del 34% a Estados Unidos]”

Gustavo López, de Agritend, señaló que “es muy prematuro hacer algún tipo de análisis y máxime saber si se vendió más o se vendió menos, porque estos son anuncios del viernes [ese día China respondió con un arancel del 34% a Estados Unidos]”. Subrayó que es muy difícil evaluar el impacto en los precios agrícolas y en los ingresos por cosecha a tan solo uno o dos días de la aplicación de las nuevas medidas de Donald Trump.

Hay 100 buques parados: alertan que el sector pesquero perdió US$100 millones en dos semanas

En esa línea, Jeremías Battistoni, analista de granos de AZ-Group, también se mostró cauteloso a la hora de analizar el impacto directo en la Argentina, y que aún está en espera de tener un panorama más claro. “Todavía es muy pronto, recién estamos a lunes. Por el momento no se han caído los precios de los granos [en el mercado local no copió la baja externa en igual magnitud] y la actitud por parte del productor es simplemente de cautela”, consideró.

“Todavía es muy pronto, recién estamos a lunes. Por el momento no se han caído los precios de los granos y la actitud por parte del productor es simplemente de cautela”, consideró Battistoni

Según López, la complejidad de la observación radica en la existencia de un “arancel globalizado de los americanos particular por cada país”, lo que significa que cada mercado se ve afectado de manera diferente. Por ejemplo, para países como China, el arancel puede alcanzar el 34%, y en el sudeste asiático –con destinos como Vietnam, Indonesia y Malasia– la situación es similar.

“A la India, la Argentina le vende la mitad del aceite de soja y gran parte del aceite de girasol; a Vietnam le vendemos casi toda la gran parte; lo mismo sucede con harina de soja y maíz. Estos altos aranceles han consolidado ciertos destinos, volviéndolos casi inaccesibles para productos de origen norteamericano”, explicó López.

Sin embargo, esta situación podría representar una ventana de oportunidad para la Argentina, ya que “por ese lado, existe una ventaja, al margen de los aspectos macroeconómicos”. Además, los mercados latinos han impuesto aranceles cercanos al 10% a productos provenientes de Estados Unidos, lo que ha llevado a que compradores tradicionales, como Perú y Colombia, busquen alternativas en el mercado argentino.

Para Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, el volumen comprometido al momento es acotado, con 8,95 millones de toneladas negociadas

Para Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, en las circunstancias actuales, los orígenes norteamericanos se deprecian sustancialmente frente a los proveedores restantes, contemplando la distorsión generada por la introducción del arancel. “De permanecer en el tiempo, el flujo comercial se verá alterado, previendo que la demanda china redireccione a los orígenes sudamericanos, especialmente en Brasil en el caso de la soja. En el ámbito nacional, el empalme de cosecha ya se ha reflejado en la operatoria local, con precios ofrecidos por soja disponible que pasaron de 345.000 pesos por tonelada a una franja de 310.000–315.000 pesos por tonelada. Estos valores rigen para mercadería con entrega disponible en las terminales portuarias del up-river”, destacó.

“En materia comercial, la rebaja temporal de los derechos de exportación (DEX) y su efecto precio supo activar las ventas por soja nueva. No obstante, lógicamente que el escenario global no ayuda a brindar certidumbre, al margen de las cuestiones cambiarias de nuestro país y en vísperas del acuerdo con el FMI. El volumen comprometido al momento es acotado, con 8,95 millones de toneladas negociadas [nueva cosecha] y, si nos abocamos a las operaciones a precio, son solo 3,3 millones de toneladas”, agregó.

Otro factor que López destacó es la situación en el sector del maíz. México, por ejemplo, produce alrededor de 25 millones de toneladas y consume una cantidad similar de maíz importado. Si se aplicara un arancel del 25% a los productos norteamericanos, los precios del maíz se encarecerían notablemente, lo que podría abrir una nueva posibilidad para que el maíz argentino compita en esos mercados: “Esta situación podría ser una oportunidad para la Argentina, al menos a corto plazo. Aunque el panorama dependerá de cómo se ajusten los precios en los próximos días y semanas”.

Oportunidad o riesgo para la Argentina

El analista también puso en relieve los recientes movimientos en el mercado internacional de la soja y otros productos. “Lo que vi el viernes fue una caída estrepitosa en el complejo soja: la soja bajó casi 12 dólares [en Chicago], los porotos 4 o 5, y las harinas entre 27 y 30 dólares, mientras que los aceites se ubicaron en ese rango”, dijo López. No obstante, agregó que los “premios” o diferenciales que se pagan sobre Chicago para productos argentinos y brasileños van subiendo, lo que podría compensar en cierta medida la caída en los precios base.

Mientras tanto, el maíz ha mostrado mayor estabilidad, y el trigo ha sufrido leves pérdidas. López indicó que, pese a la volatilidad, los precios actuales se mantienen relativamente estables: “Todavía se está viendo maíz en torno a los 200 dólares y una soja que está relativamente sostenida internamente, a la espera de la próxima cosecha”. Esta estabilidad, según el experto, dificulta prever de inmediato si la presión de la cosecha tendrá un impacto significativo en el esquema de precios.

“Es difícil hoy determinar cuál va a ser el efecto de todo esto. Las primas o diferenciales que se negocian sobre Chicago para origen argentino o brasileño podrían compensar en cierta medida la caída del precio en ese mercado”, resumió.

Por su parte, Javier Roca, analista de granos de AZ-Group, ofreció otra perspectiva: “Desvalorización de cosecha argentina no hubo. Más bien lo contrario; tanto el FOB de Brasil como el FOB argentino se revalorizó frente a Chicago”. A su juicio, la situación local de ingreso de cosecha en la Argentina y Brasil generó un pase negativo que se había venido dando, pero “la posición de la cosecha se mantuvo en un rango de 290 a 300 dólares, lo cual no ha variado notablemente”. Y, aunque la dinámica comercial en Estados Unidos es volátil, Roca enfatizó que no cree que “el productor argentino cambie su dinámica comercial por los aranceles”, al menos en el corto plazo.

Para Javier Roca, analista de granos de AZ-Group, “desvalorización de cosecha argentina no hubo; más bien lo contrario; tanto el FOB de Brasil como el FOB argentino se revalorizó frente a Chicago”

“Es todo muy reciente pero no estamos viendo los productores con cambios en su dinámica comercial, por lo menos ahora. En la Argentina, no existe un escenario de guerra comercial, más bien estaríamos con un escenario local, con más temas financieros de la Argentina que hoy me parece que son más trascendentes que lo que esté pasando afuera”, aseguró.

Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), recordó que las recientes medidas anunciadas por el presidente Trump, que incluyen aranceles para diversos países del sudeste asiático y otros mercados clave, han generado un escenario de fuertes cambios en el mercado de commodities agrícolas, aunque “no ha sufrido tan notablemente como los mercados accionarios o el petróleo”.

Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), señaló que el mercado de commodities agrícolas ha tenido grandes cambios aunque “no ha sufrido tan notablemente como los mercados accionarios o el petróleo”

En particular, Terré destacó que la soja ha sido el cultivo que más ha reaccionado en el mercado de Chicago, donde se concentraba gran parte de la producción norteamericano destinada a China. “La soja ha caído, y esto se debe a la ida y vuelta de tarifas entre Estados Unidos y China, lo que encarece los envíos norteamericanos a este país asiático y, en consecuencia, desalienta sus compras”, explicó.

En este sentido, los analistas coincidieron en que, por el momento, los precios de los granos se mantienen estables [en el plano local], pero la situación es altamente dinámica. “El mercado de granos internacional se encuentra en una fase de ajuste, y solo el tiempo dirá si estos nuevos aranceles tendrán un impacto duradero en los precios y en la competitividad de los productos agrícolas argentinos”, finalizaron.

Altamente dinámico. En un contexto global marcado por profundos cambios en la política comercial de Estados Unidos, la imposición de nuevos aranceles a sus importaciones está generando una metamorfosis constante en el mercado internacional de granos. Mientras la geopolítica y las negociaciones comerciales siguen en curso, el sector agrícola argentino se encuentra sumido en una gran incertidumbre y los productores observan con cautela la evolución de los precios y la transformación de un mercado de granos cada vez más atípico. Muchos hablan de una “fase de ajuste” todavía en desarrollo.

La tensión se ve amplificada por la vacilación respecto a los futuros acuerdos que podrían generar fuertes cambios en cuestión de minutos. Los productores argentinos, conscientes de esta volatilidad, se mantienen a la expectativa de cómo continuará el próximo capítulo de esta serie de suspenso e intriga, considerando además que los factores macroeconómicos locales pueden influir en el resultado final.

Guerra comercial: la soja en Chicago vive el temblor global con una fuerte volatilidad

En este escenario muy convulsionado, con una altísima volatilidad, los expertos examinan minuto a minuto las consecuencias de las decisiones políticas de las principales economías mundiales y ya perciben que el sector deberá adaptarse a las nuevas condiciones comerciales y aprovechar las oportunidades que puedan surgir en el corto plazo, mientras se vigilan de cerca los cambios en los diferenciales y las condiciones de oferta y demanda en los mercados globales. Aun así, advierten que todavía es muy temprano para saber si se trata de una amenaza o una oportunidad.

Gustavo López, de Agritend, señaló que “es muy prematuro hacer algún tipo de análisis y máxime saber si se vendió más o se vendió menos, porque estos son anuncios del viernes [ese día China respondió con un arancel del 34% a Estados Unidos]”

Gustavo López, de Agritend, señaló que “es muy prematuro hacer algún tipo de análisis y máxime saber si se vendió más o se vendió menos, porque estos son anuncios del viernes [ese día China respondió con un arancel del 34% a Estados Unidos]”. Subrayó que es muy difícil evaluar el impacto en los precios agrícolas y en los ingresos por cosecha a tan solo uno o dos días de la aplicación de las nuevas medidas de Donald Trump.

Hay 100 buques parados: alertan que el sector pesquero perdió US$100 millones en dos semanas

En esa línea, Jeremías Battistoni, analista de granos de AZ-Group, también se mostró cauteloso a la hora de analizar el impacto directo en la Argentina, y que aún está en espera de tener un panorama más claro. “Todavía es muy pronto, recién estamos a lunes. Por el momento no se han caído los precios de los granos [en el mercado local no copió la baja externa en igual magnitud] y la actitud por parte del productor es simplemente de cautela”, consideró.

“Todavía es muy pronto, recién estamos a lunes. Por el momento no se han caído los precios de los granos y la actitud por parte del productor es simplemente de cautela”, consideró Battistoni

Según López, la complejidad de la observación radica en la existencia de un “arancel globalizado de los americanos particular por cada país”, lo que significa que cada mercado se ve afectado de manera diferente. Por ejemplo, para países como China, el arancel puede alcanzar el 34%, y en el sudeste asiático –con destinos como Vietnam, Indonesia y Malasia– la situación es similar.

“A la India, la Argentina le vende la mitad del aceite de soja y gran parte del aceite de girasol; a Vietnam le vendemos casi toda la gran parte; lo mismo sucede con harina de soja y maíz. Estos altos aranceles han consolidado ciertos destinos, volviéndolos casi inaccesibles para productos de origen norteamericano”, explicó López.

Sin embargo, esta situación podría representar una ventana de oportunidad para la Argentina, ya que “por ese lado, existe una ventaja, al margen de los aspectos macroeconómicos”. Además, los mercados latinos han impuesto aranceles cercanos al 10% a productos provenientes de Estados Unidos, lo que ha llevado a que compradores tradicionales, como Perú y Colombia, busquen alternativas en el mercado argentino.

Para Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, el volumen comprometido al momento es acotado, con 8,95 millones de toneladas negociadas

Para Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, en las circunstancias actuales, los orígenes norteamericanos se deprecian sustancialmente frente a los proveedores restantes, contemplando la distorsión generada por la introducción del arancel. “De permanecer en el tiempo, el flujo comercial se verá alterado, previendo que la demanda china redireccione a los orígenes sudamericanos, especialmente en Brasil en el caso de la soja. En el ámbito nacional, el empalme de cosecha ya se ha reflejado en la operatoria local, con precios ofrecidos por soja disponible que pasaron de 345.000 pesos por tonelada a una franja de 310.000–315.000 pesos por tonelada. Estos valores rigen para mercadería con entrega disponible en las terminales portuarias del up-river”, destacó.

“En materia comercial, la rebaja temporal de los derechos de exportación (DEX) y su efecto precio supo activar las ventas por soja nueva. No obstante, lógicamente que el escenario global no ayuda a brindar certidumbre, al margen de las cuestiones cambiarias de nuestro país y en vísperas del acuerdo con el FMI. El volumen comprometido al momento es acotado, con 8,95 millones de toneladas negociadas [nueva cosecha] y, si nos abocamos a las operaciones a precio, son solo 3,3 millones de toneladas”, agregó.

Otro factor que López destacó es la situación en el sector del maíz. México, por ejemplo, produce alrededor de 25 millones de toneladas y consume una cantidad similar de maíz importado. Si se aplicara un arancel del 25% a los productos norteamericanos, los precios del maíz se encarecerían notablemente, lo que podría abrir una nueva posibilidad para que el maíz argentino compita en esos mercados: “Esta situación podría ser una oportunidad para la Argentina, al menos a corto plazo. Aunque el panorama dependerá de cómo se ajusten los precios en los próximos días y semanas”.

Oportunidad o riesgo para la Argentina

El analista también puso en relieve los recientes movimientos en el mercado internacional de la soja y otros productos. “Lo que vi el viernes fue una caída estrepitosa en el complejo soja: la soja bajó casi 12 dólares [en Chicago], los porotos 4 o 5, y las harinas entre 27 y 30 dólares, mientras que los aceites se ubicaron en ese rango”, dijo López. No obstante, agregó que los “premios” o diferenciales que se pagan sobre Chicago para productos argentinos y brasileños van subiendo, lo que podría compensar en cierta medida la caída en los precios base.

Mientras tanto, el maíz ha mostrado mayor estabilidad, y el trigo ha sufrido leves pérdidas. López indicó que, pese a la volatilidad, los precios actuales se mantienen relativamente estables: “Todavía se está viendo maíz en torno a los 200 dólares y una soja que está relativamente sostenida internamente, a la espera de la próxima cosecha”. Esta estabilidad, según el experto, dificulta prever de inmediato si la presión de la cosecha tendrá un impacto significativo en el esquema de precios.

“Es difícil hoy determinar cuál va a ser el efecto de todo esto. Las primas o diferenciales que se negocian sobre Chicago para origen argentino o brasileño podrían compensar en cierta medida la caída del precio en ese mercado”, resumió.

Por su parte, Javier Roca, analista de granos de AZ-Group, ofreció otra perspectiva: “Desvalorización de cosecha argentina no hubo. Más bien lo contrario; tanto el FOB de Brasil como el FOB argentino se revalorizó frente a Chicago”. A su juicio, la situación local de ingreso de cosecha en la Argentina y Brasil generó un pase negativo que se había venido dando, pero “la posición de la cosecha se mantuvo en un rango de 290 a 300 dólares, lo cual no ha variado notablemente”. Y, aunque la dinámica comercial en Estados Unidos es volátil, Roca enfatizó que no cree que “el productor argentino cambie su dinámica comercial por los aranceles”, al menos en el corto plazo.

Para Javier Roca, analista de granos de AZ-Group, “desvalorización de cosecha argentina no hubo; más bien lo contrario; tanto el FOB de Brasil como el FOB argentino se revalorizó frente a Chicago”

“Es todo muy reciente pero no estamos viendo los productores con cambios en su dinámica comercial, por lo menos ahora. En la Argentina, no existe un escenario de guerra comercial, más bien estaríamos con un escenario local, con más temas financieros de la Argentina que hoy me parece que son más trascendentes que lo que esté pasando afuera”, aseguró.

Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), recordó que las recientes medidas anunciadas por el presidente Trump, que incluyen aranceles para diversos países del sudeste asiático y otros mercados clave, han generado un escenario de fuertes cambios en el mercado de commodities agrícolas, aunque “no ha sufrido tan notablemente como los mercados accionarios o el petróleo”.

Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), señaló que el mercado de commodities agrícolas ha tenido grandes cambios aunque “no ha sufrido tan notablemente como los mercados accionarios o el petróleo”

En particular, Terré destacó que la soja ha sido el cultivo que más ha reaccionado en el mercado de Chicago, donde se concentraba gran parte de la producción norteamericano destinada a China. “La soja ha caído, y esto se debe a la ida y vuelta de tarifas entre Estados Unidos y China, lo que encarece los envíos norteamericanos a este país asiático y, en consecuencia, desalienta sus compras”, explicó.

En este sentido, los analistas coincidieron en que, por el momento, los precios de los granos se mantienen estables [en el plano local], pero la situación es altamente dinámica. “El mercado de granos internacional se encuentra en una fase de ajuste, y solo el tiempo dirá si estos nuevos aranceles tendrán un impacto duradero en los precios y en la competitividad de los productos agrícolas argentinos”, finalizaron.

 Expertos consultados por LA NACION consideraron que, más allá del comportamiento de los precios, podría haber una reconfiguración que presentaría algunas oportunidades para la Argentina  LA NACION

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