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Trump cumple con sus amenazas y bloquea más de 2200 millones en fondos para Harvard

BOSTON.- El gobierno federal anunció este martes que congelará más de 2200 millones de dólares en subvenciones y 60 millones en contratos a la Universidad de Harvard, luego de que la institución manifestara su negativa a acatar las exigencias de la administración del presidente Donald Trump, que buscaban limitar el activismo en el campus.

Pocas horas después, Trump redobló la presión desde su red social Truth Social, donde advirtió: “Tal vez Harvard debería perder su estatus de exención impositiva y ser gravada como una entidad política si continúa promoviendo esta ‘enfermedad’ de inspiración o apoyo político, ideológico y terrorista. ¡Recuerden que la exención de impuestos depende totalmente de actuar en interés del PÚBLICO!”.

Según indicó la Casa Blanca, el mandatario espera que Harvard se disculpe por no haber tomado medidas enérgicas contra lo que él considera expresiones flagrantes de antisemitismo en su campus. “El presidente Trump quiere ver a Harvard pedir disculpas. Y Harvard debería disculparse por el antisemitismo evidente que ha permitido”, declaró en rueda de prensa la vocera Karoline Leavitt.

Esta es la séptima vez que el gobierno de Trump aplica una medida similar contra una institución académica de alto perfil. De las siete universidades sancionadas, seis pertenecen a la Ivy League, el grupo de ocho centros de educación superior más prestigiosos de Estados Unidos.

En una carta enviada el viernes, la administración Trump exigió a Harvard implementar profundas reformas en su estructura de gobierno, en su liderazgo y en sus políticas de admisión. Además, solicitó una auditoría sobre las posturas relacionadas con la diversidad en el campus y que se dejara de reconocer a ciertos clubes estudiantiles.

Personas caminan por Harvard Yard, en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el 12 de diciembre de 2023.

El gobierno advirtió que estaban en riesgo casi 9000 millones de dólares en subvenciones y contratos federales si la universidad no cumplía con las condiciones impuestas.

El lunes, el presidente de Harvard, Alan Garber, anunció que la universidad no cedería ante las presiones del gobierno.

“La universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, afirmó Garber en una carta dirigida a la comunidad universitaria. “Ningún gobierno —sin importar el partido en el poder— debe dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quién pueden admitir y contratar, ni en qué áreas pueden investigar”.

Pocas horas después de la publicación de esa carta, el gobierno congeló los fondos federales destinados a la institución.

El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien realizó sus estudios de grado en la Universidad de Columbia y posteriormente obtuvo un posgrado en Derecho en Harvard, reaccionó al comunicado a través de X: “Harvard ha dado el ejemplo para otras instituciones de educación superior: ha rechazado un intento ilegal y torpe de sofocar la libertad académica, al tiempo que ha tomado medidas concretas para garantizar que todos los estudiantes de la universidad puedan beneficiarse de un entorno de investigación intelectual, debate riguroso y respeto mutuo. Esperemos que otras instituciones sigan su ejemplo”, escribió.

La primera universidad en ser blanco de estas medidas fue Columbia, que accedió a las exigencias gubernamentales tras la amenaza de recortes multimillonarios. Otras universidades afectadas por suspensiones de fondos han sido Pensilvania, Brown, Princeton, Cornell y Northwestern.

La administración Trump ha normalizado el uso de la suspensión de fondos federales como herramienta para presionar a las principales universidades del país a alinear sus políticas con la agenda presidencial. Según el gobierno, las instituciones educativas han permitido expresiones de antisemitismo durante protestas en los campus contra la guerra en Gaza, ocurridas el año pasado.

Garber señaló que Harvard ya ha implementado importantes reformas para combatir el antisemitismo. Sin embargo, sostuvo que muchas de las exigencias del gobierno no están relacionadas con ese tema, sino que constituyen un intento de controlar las “condiciones intelectuales” en la universidad.

Un estudiante manifestante se encuentra frente a la estatua de John Harvard, el primer gran benefactor de Harvard College, cubierta con la bandera palestina, en un campamento de estudiantes que protestan contra la guerra en Gaza, en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el 25 de abril de 2024.

Además, advirtió que la retención de fondos federales a una institución líder en investigación científica y médica no sólo pone en riesgo la salud pública y la seguridad nacional, sino que también vulnera derechos constitucionales y excede la autoridad gubernamental establecida en el Título VI, que prohíbe la discriminación por motivos de raza, color o nacionalidad.

Entre las exigencias gubernamentales se incluía la implementación de políticas de admisión y contratación “basadas en el mérito”, una auditoría del alumnado, docentes y directivos sobre sus posturas frente a la diversidad, la prohibición del uso de máscaras en el campus —aparentemente dirigida a manifestantes propalestinos— y la eliminación del reconocimiento o financiamiento a grupos estudiantiles que, según el gobierno, promuevan actos criminales, violencia o acoso.

El cuerpo especial federal contra el antisemitismo expresó que la negativa de Harvard a cumplir con estas demandas “refuerza una mentalidad preocupante” que, según indicó, es común en las universidades más prestigiosas: la idea de que recibir fondos federales no implica la obligación de respetar las leyes de derechos civiles.

“La interrupción del aprendizaje que ha afectado a los campus en los últimos años es inaceptable. El acoso a estudiantes judíos no puede ser tolerado”, añadió el grupo.

Trump ha prometido adoptar un enfoque más enérgico contra el antisemitismo en las universidades y ha acusado al expresidente Joe Biden de permitir que las instituciones académicas evadan su responsabilidad. Su gobierno ha iniciado nuevas investigaciones en varios campus y ha detenido o deportado a estudiantes extranjeros vinculados con protestas propalestinas.

Las exigencias gubernamentales motivaron a un grupo de exalumnos de Harvard a enviar una carta a las autoridades universitarias, instándolas a resistirse por la vía legal.

Estudiantes que protestan contra la guerra en Gaza, junto con transeúntes que caminan por Harvard Yard, son vistos en un campamento en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el 25 de abril de 2024.

“Harvard defendió hoy la integridad, los valores y las libertades que constituyen la base de la educación superior”, expresó Anurima Bhargava, una de las firmantes. “La universidad recordó al mundo que el aprendizaje, la innovación y el crecimiento no deben doblegarse ante el autoritarismo ni la intimidación”.

Las medidas del gobierno también provocaron una protesta el fin de semana en Cambridge, con la participación de miembros de la comunidad universitaria. Además, la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios presentó el viernes una demanda contra el recorte de fondos.

Según los demandantes, el gobierno de Trump no cumplió con los procedimientos establecidos por el Título VI antes de proceder con la suspensión, incluyendo la notificación formal tanto a la universidad como al Congreso.

“Estas demandas amplias e imprecisas no resuelven las causas de ningún posible incumplimiento legal. Por el contrario, buscan imponer a Harvard una visión política impulsada por el gobierno y forzarla a castigar las voces disidentes”, argumenta la demanda.

Agencias AP y AFP

BOSTON.- El gobierno federal anunció este martes que congelará más de 2200 millones de dólares en subvenciones y 60 millones en contratos a la Universidad de Harvard, luego de que la institución manifestara su negativa a acatar las exigencias de la administración del presidente Donald Trump, que buscaban limitar el activismo en el campus.

Pocas horas después, Trump redobló la presión desde su red social Truth Social, donde advirtió: “Tal vez Harvard debería perder su estatus de exención impositiva y ser gravada como una entidad política si continúa promoviendo esta ‘enfermedad’ de inspiración o apoyo político, ideológico y terrorista. ¡Recuerden que la exención de impuestos depende totalmente de actuar en interés del PÚBLICO!”.

Según indicó la Casa Blanca, el mandatario espera que Harvard se disculpe por no haber tomado medidas enérgicas contra lo que él considera expresiones flagrantes de antisemitismo en su campus. “El presidente Trump quiere ver a Harvard pedir disculpas. Y Harvard debería disculparse por el antisemitismo evidente que ha permitido”, declaró en rueda de prensa la vocera Karoline Leavitt.

Esta es la séptima vez que el gobierno de Trump aplica una medida similar contra una institución académica de alto perfil. De las siete universidades sancionadas, seis pertenecen a la Ivy League, el grupo de ocho centros de educación superior más prestigiosos de Estados Unidos.

En una carta enviada el viernes, la administración Trump exigió a Harvard implementar profundas reformas en su estructura de gobierno, en su liderazgo y en sus políticas de admisión. Además, solicitó una auditoría sobre las posturas relacionadas con la diversidad en el campus y que se dejara de reconocer a ciertos clubes estudiantiles.

Personas caminan por Harvard Yard, en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el 12 de diciembre de 2023.

El gobierno advirtió que estaban en riesgo casi 9000 millones de dólares en subvenciones y contratos federales si la universidad no cumplía con las condiciones impuestas.

El lunes, el presidente de Harvard, Alan Garber, anunció que la universidad no cedería ante las presiones del gobierno.

“La universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, afirmó Garber en una carta dirigida a la comunidad universitaria. “Ningún gobierno —sin importar el partido en el poder— debe dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quién pueden admitir y contratar, ni en qué áreas pueden investigar”.

Pocas horas después de la publicación de esa carta, el gobierno congeló los fondos federales destinados a la institución.

El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien realizó sus estudios de grado en la Universidad de Columbia y posteriormente obtuvo un posgrado en Derecho en Harvard, reaccionó al comunicado a través de X: “Harvard ha dado el ejemplo para otras instituciones de educación superior: ha rechazado un intento ilegal y torpe de sofocar la libertad académica, al tiempo que ha tomado medidas concretas para garantizar que todos los estudiantes de la universidad puedan beneficiarse de un entorno de investigación intelectual, debate riguroso y respeto mutuo. Esperemos que otras instituciones sigan su ejemplo”, escribió.

La primera universidad en ser blanco de estas medidas fue Columbia, que accedió a las exigencias gubernamentales tras la amenaza de recortes multimillonarios. Otras universidades afectadas por suspensiones de fondos han sido Pensilvania, Brown, Princeton, Cornell y Northwestern.

La administración Trump ha normalizado el uso de la suspensión de fondos federales como herramienta para presionar a las principales universidades del país a alinear sus políticas con la agenda presidencial. Según el gobierno, las instituciones educativas han permitido expresiones de antisemitismo durante protestas en los campus contra la guerra en Gaza, ocurridas el año pasado.

Garber señaló que Harvard ya ha implementado importantes reformas para combatir el antisemitismo. Sin embargo, sostuvo que muchas de las exigencias del gobierno no están relacionadas con ese tema, sino que constituyen un intento de controlar las “condiciones intelectuales” en la universidad.

Un estudiante manifestante se encuentra frente a la estatua de John Harvard, el primer gran benefactor de Harvard College, cubierta con la bandera palestina, en un campamento de estudiantes que protestan contra la guerra en Gaza, en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el 25 de abril de 2024.

Además, advirtió que la retención de fondos federales a una institución líder en investigación científica y médica no sólo pone en riesgo la salud pública y la seguridad nacional, sino que también vulnera derechos constitucionales y excede la autoridad gubernamental establecida en el Título VI, que prohíbe la discriminación por motivos de raza, color o nacionalidad.

Entre las exigencias gubernamentales se incluía la implementación de políticas de admisión y contratación “basadas en el mérito”, una auditoría del alumnado, docentes y directivos sobre sus posturas frente a la diversidad, la prohibición del uso de máscaras en el campus —aparentemente dirigida a manifestantes propalestinos— y la eliminación del reconocimiento o financiamiento a grupos estudiantiles que, según el gobierno, promuevan actos criminales, violencia o acoso.

El cuerpo especial federal contra el antisemitismo expresó que la negativa de Harvard a cumplir con estas demandas “refuerza una mentalidad preocupante” que, según indicó, es común en las universidades más prestigiosas: la idea de que recibir fondos federales no implica la obligación de respetar las leyes de derechos civiles.

“La interrupción del aprendizaje que ha afectado a los campus en los últimos años es inaceptable. El acoso a estudiantes judíos no puede ser tolerado”, añadió el grupo.

Trump ha prometido adoptar un enfoque más enérgico contra el antisemitismo en las universidades y ha acusado al expresidente Joe Biden de permitir que las instituciones académicas evadan su responsabilidad. Su gobierno ha iniciado nuevas investigaciones en varios campus y ha detenido o deportado a estudiantes extranjeros vinculados con protestas propalestinas.

Las exigencias gubernamentales motivaron a un grupo de exalumnos de Harvard a enviar una carta a las autoridades universitarias, instándolas a resistirse por la vía legal.

Estudiantes que protestan contra la guerra en Gaza, junto con transeúntes que caminan por Harvard Yard, son vistos en un campamento en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, el 25 de abril de 2024.

“Harvard defendió hoy la integridad, los valores y las libertades que constituyen la base de la educación superior”, expresó Anurima Bhargava, una de las firmantes. “La universidad recordó al mundo que el aprendizaje, la innovación y el crecimiento no deben doblegarse ante el autoritarismo ni la intimidación”.

Las medidas del gobierno también provocaron una protesta el fin de semana en Cambridge, con la participación de miembros de la comunidad universitaria. Además, la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios presentó el viernes una demanda contra el recorte de fondos.

Según los demandantes, el gobierno de Trump no cumplió con los procedimientos establecidos por el Título VI antes de proceder con la suspensión, incluyendo la notificación formal tanto a la universidad como al Congreso.

“Estas demandas amplias e imprecisas no resuelven las causas de ningún posible incumplimiento legal. Por el contrario, buscan imponer a Harvard una visión política impulsada por el gobierno y forzarla a castigar las voces disidentes”, argumenta la demanda.

Agencias AP y AFP

 El gobierno tomó la medida luego de que la institución manifestara su negativa a acatar las exigencias que buscaban limitar el activismo en el campus  LA NACION

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