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Luis Caputo dijo que si la Argentina crece al 8% anual, el Gobierno le devuelve US$550.000 millones a los privados

Bajo un estricto protocolo de seguridad y ante un auditorio lleno de empresarios, políticos y actores del sector financiero, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, expuso en en 11° Latam Economic Forum y volvió a trazar un panorama alentador hacia el futuro. Dijo que la Argentina podría crecer a tasas de 8% anual y que, en ese caso, el Gobierno estará en condiciones de “devolver” US$550.000 millones al sector privado en concepto de impuestos.

Sin embargo, el ministro pidió mayor esfuerzo en el ajuste a las provincias, porque dijo que el Estado nacional ya no podrá seguir comprimiéndose al mismo nivel que en este primer año de gestión de Javier Milei, y alentó a que los empresarios inviertan en el país.

De vuelta, Caputo retomó la idea de que la Argentina “regalada en dólares” no va más y evitó ahondar sobre las nuevas medidas que tomará su administración para inyectar dólares de la economía informal a la formal, aunque sí enfatizó en que la intención es “remonetizar” y que salgan esos billetes que están “abajo del colchón”.

“Este año hemos hecho un ajuste del gasto de 30%, que fue equivalente a más menos a casi siete puntos del PBI, hemos devuelto algo más de dos puntos en 19 impuestos que hemos bajado o eliminado. Continuar con esa reducción del gasto, a ese nivel, para el nivel del Tesoro nacional ya no es posible”, advirtió el ministro, que llegó acompañado por el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y por su asesor Felipe Núñez.

Según desglosó, durante la década del 90 y en las anteriores el nivel de gasto representaba 24 puntos, que se amplió a 47% en 2020, con 28 puntos de participación del Tesoro, 16 de las provincias y tres de los municipios y comunas.

“¿Cómo esta eso hoy? Los municipios siguen igual, en 3%; las provincias prácticamente igual, en 15 puntos; y el Tesoro nacional bajó de 28 puntos a 17, pasamos de 47% de gasto a 35%. Claramente, nosotros no vamos a poder seguir bajando cinco puntos por año. Por eso digo que el desafío hoy [del gobierno nacional] es el crecimiento. Sí hay un trabajo para hacer más importante a nivel de provincias y municipios. A nivel de las provincias se cobran impuestos muy distorsivos, como Ingresos Brutos, el más distorsivo de toda la economía”, señaló, para poner el foco en los gobernadores, con quienes se adelanta una discusión en el marco de las reformas tributarias que quiere implementar la Casa Rosada.

Entonces, planteó que el Ejecutivo nacional solo podrá seguir con los impuestos a la baja si se consolida el nivel de crecimiento del país y fue ahí cuando prometió: “Si la economía por los próximos siete años hasta, Dios quiera, dos mandatos del presidente Javier Milei, crece a 6%, nosotros vamos a poder estar bajando impuestos a razón de un punto y medio de PBI por año, es el equivalente a devolver al sector privado 420.000 millones de dólares en los próximos seis años y medio”.

Pero no fue solo eso. Caputo se aventuró, como ya había hecho la semana pasada, con que la Argentina podría desarrollarse a tasas por encima de 6%. “Si creciéramos al 8%, algo absolutamente factible para una Argentina ordenada, absolutamente factible, podríamos reducir impuestos a dos puntos del PBI por año. ¿Saben cuánta plata estaríamos devolviendo al sector privado? US$550.000 millones que podrían disponer para invertir. Ese es el cambio, el modelo”, arengó.

En eso, volvió a repetir el mantra libertario: que vinieron a bajar impuestos, achicar el Estado y a darle protagonismo al sector privado. Y aclaró que la intención de esta gestión no es “perpetuarse en el poder”.

“No hay casualidad en economía, hay causalidad. La Argentina consistentemente hizo las cosas mal; no por complot internacional, ni porque los empresarios son malos, ni por los fondos buitres, ni por el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, deslizó, en un dardo a los achaques que le hace el kirchnerismo al plan oficial, y le achacó la responsabilidad por las desventuras económicas del país al déficit fiscal y sus consecuencias.

Al contrario, buscó sembrar confianza sobre el rumbo actual. “Hoy las cosas salen bien porque se están haciendo bien. Es importante que se internalice. Naturalmente está el chip de creer que a la Argentina no le puede ir bien. Pero es importante que entiendan que como van a seguir saliendo bien las cosas, ese tiene que ser el mayor motivador para largarse a invertir, para creer y para que nos convenzamos de que en los próximos años los países van a hablar de que se puede crecer no a tasas chinas, sino a tasas argentinas“, sostuvo Caputo, envalentonado.

Noticia en desarrollo

Bajo un estricto protocolo de seguridad y ante un auditorio lleno de empresarios, políticos y actores del sector financiero, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, expuso en en 11° Latam Economic Forum y volvió a trazar un panorama alentador hacia el futuro. Dijo que la Argentina podría crecer a tasas de 8% anual y que, en ese caso, el Gobierno estará en condiciones de “devolver” US$550.000 millones al sector privado en concepto de impuestos.

Sin embargo, el ministro pidió mayor esfuerzo en el ajuste a las provincias, porque dijo que el Estado nacional ya no podrá seguir comprimiéndose al mismo nivel que en este primer año de gestión de Javier Milei, y alentó a que los empresarios inviertan en el país.

De vuelta, Caputo retomó la idea de que la Argentina “regalada en dólares” no va más y evitó ahondar sobre las nuevas medidas que tomará su administración para inyectar dólares de la economía informal a la formal, aunque sí enfatizó en que la intención es “remonetizar” y que salgan esos billetes que están “abajo del colchón”.

“Este año hemos hecho un ajuste del gasto de 30%, que fue equivalente a más menos a casi siete puntos del PBI, hemos devuelto algo más de dos puntos en 19 impuestos que hemos bajado o eliminado. Continuar con esa reducción del gasto, a ese nivel, para el nivel del Tesoro nacional ya no es posible”, advirtió el ministro, que llegó acompañado por el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y por su asesor Felipe Núñez.

Según desglosó, durante la década del 90 y en las anteriores el nivel de gasto representaba 24 puntos, que se amplió a 47% en 2020, con 28 puntos de participación del Tesoro, 16 de las provincias y tres de los municipios y comunas.

“¿Cómo esta eso hoy? Los municipios siguen igual, en 3%; las provincias prácticamente igual, en 15 puntos; y el Tesoro nacional bajó de 28 puntos a 17, pasamos de 47% de gasto a 35%. Claramente, nosotros no vamos a poder seguir bajando cinco puntos por año. Por eso digo que el desafío hoy [del gobierno nacional] es el crecimiento. Sí hay un trabajo para hacer más importante a nivel de provincias y municipios. A nivel de las provincias se cobran impuestos muy distorsivos, como Ingresos Brutos, el más distorsivo de toda la economía”, señaló, para poner el foco en los gobernadores, con quienes se adelanta una discusión en el marco de las reformas tributarias que quiere implementar la Casa Rosada.

Entonces, planteó que el Ejecutivo nacional solo podrá seguir con los impuestos a la baja si se consolida el nivel de crecimiento del país y fue ahí cuando prometió: “Si la economía por los próximos siete años hasta, Dios quiera, dos mandatos del presidente Javier Milei, crece a 6%, nosotros vamos a poder estar bajando impuestos a razón de un punto y medio de PBI por año, es el equivalente a devolver al sector privado 420.000 millones de dólares en los próximos seis años y medio”.

Pero no fue solo eso. Caputo se aventuró, como ya había hecho la semana pasada, con que la Argentina podría desarrollarse a tasas por encima de 6%. “Si creciéramos al 8%, algo absolutamente factible para una Argentina ordenada, absolutamente factible, podríamos reducir impuestos a dos puntos del PBI por año. ¿Saben cuánta plata estaríamos devolviendo al sector privado? US$550.000 millones que podrían disponer para invertir. Ese es el cambio, el modelo”, arengó.

En eso, volvió a repetir el mantra libertario: que vinieron a bajar impuestos, achicar el Estado y a darle protagonismo al sector privado. Y aclaró que la intención de esta gestión no es “perpetuarse en el poder”.

“No hay casualidad en economía, hay causalidad. La Argentina consistentemente hizo las cosas mal; no por complot internacional, ni porque los empresarios son malos, ni por los fondos buitres, ni por el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, deslizó, en un dardo a los achaques que le hace el kirchnerismo al plan oficial, y le achacó la responsabilidad por las desventuras económicas del país al déficit fiscal y sus consecuencias.

Al contrario, buscó sembrar confianza sobre el rumbo actual. “Hoy las cosas salen bien porque se están haciendo bien. Es importante que se internalice. Naturalmente está el chip de creer que a la Argentina no le puede ir bien. Pero es importante que entiendan que como van a seguir saliendo bien las cosas, ese tiene que ser el mayor motivador para largarse a invertir, para creer y para que nos convenzamos de que en los próximos años los países van a hablar de que se puede crecer no a tasas chinas, sino a tasas argentinas“, sostuvo Caputo, envalentonado.

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 El ministro de Economía dijo que el Estado nacional ya no podrá continuar con el mismo nivel de ajuste que en el primer año de gestión y por eso puso el foco en los gobernadores  LA NACION

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