El nuevo experimento en California que cambiaría la forma en que se genera electricidad: energía para el futuro

Si un buzo se topara con ellas en las profundidades del océano, podría confundirlas con esculturas submarinas. Sin embargo, estas enormes esferas de hormigón que se sumergirán frente a las costas de California no tienen que ver con el arte, sino con la ciencia. Cada una de estas estructuras gigantes es una suerte de “batería” y forma parte de un experimento que podría transformar el modo en que se almacena y distribuye electricidad de origen renovable, sin dañar el ambiente.
“Baterías” de hormigón sumergidas en el mar: qué es el proyecto StEnSea y cómo funciona
El proyecto, llamado StEnSea, fue desarrollado por científicos alemanes del Instituto Fraunhofer de Economía de la Energía y Tecnología de Sistemas Energéticos (Fraunhofer IEE). Su objetivo es encontrar una solución sostenible al desafío global de almacenar energía renovable, cuando no hay viento ni sol.
Para ello, planean instalar enormes esferas de hormigón (cada una pesa unas 400 toneladas) en el fondo del mar. Estas estructuras, huecas, permitirán almacenar energía eléctrica.
La tecnología lleva por nombre StEnSea, acrónimo de Stored Energy at Sea. Se basa en un principio simple: utilizar la presión del agua marina para generar electricidad. Cada esfera hueca de hormigón funciona como tanque de almacenamiento, acompañada de una unidad técnica que incluye una turbina de bomba, una válvula regulable y sistemas de control y supervisión (Scada).
Cuando la esfera está vacía, representa una unidad completamente cargada. Para liberar energía, se abre la válvula y el agua de mar entra con fuerza, impulsando la turbina conectada a un generador que inyecta electricidad a la red.
Si se necesita recargar, se utiliza energía externa para bombear el agua hacia afuera, contra la presión del mar. Según detalla el Fraunhofer IEE, este proceso se puede repetir durante décadas sin dañar los componentes estructurales principales.
Potencial de almacenamiento global y beneficios ambientales del proyecto
De acuerdo con las estimaciones del Fraunhofer IEE, el potencial global de esta tecnología podría alcanzar los 820 mil gigavatios hora. Es decir, 820 millones de kilovatios hora por carga. Esta cantidad de energía sería suficiente para abastecer a más de 200 mil hogares grandes al año.
Solo en Europa, los diez lugares más apropiados para instalar estas esferas, podrían concentrar una quinta parte de ese total, lo que equivale a cuatro veces la capacidad actual de todas las centrales eléctricas de almacenamiento por bombeo en Alemania.
Otra de las ventajas del sistema StEnSea, según sus desarrolladores, radica en su bajo impacto ecológico. A diferencia de los sistemas tradicionales que requieren grandes obras civiles, represas o alteraciones del régimen hídrico, las esferas se colocan directamente en el lecho marino. Esto reduce significativamente los efectos sobre el entorno natural.
“El potencial de expansión del almacenamiento por bombeo convencional es limitado y las restricciones naturales y ecológicas son grandes. En el fondo del mar, ambas situaciones están prácticamente invertidas. Sobre todo, es probable que la aceptación entre los ciudadanos sea significativamente mayor”, explicó el Dr. Bernhard Ernst, investigador del Fraunhofer IEE.
La tecnología también permite realizar el mantenimiento de forma eficiente. La unidad técnica que contiene la turbina y el generador puede extraerse y repararse por separado sin necesidad de desmontar toda la estructura. Esto no solo mejora la vida útil del sistema, calculada entre 50 y 60 años, sino que reduce los costos de operación.
Energía sostenible y nuevas tecnologías
Para que el sistema funcione a gran escala, se requiere una producción masiva de electricidad, preferentemente de origen renovable. En este sentido, los investigadores apuestan por aerogeneradores cada vez más potentes. “Lógicamente, primero hay que producir gran parte de la electricidad, idealmente de forma sostenible”, indican los científicos.
La interacción entre parques eólicos de alta capacidad y las esferas submarinas de almacenamiento permitiría reducir el desperdicio de energía en los momentos de baja demanda y ofrecer una fuente estable durante los picos de consumo.
En qué consiste la prueba piloto en California
El plan piloto prevé instalar las primeras esferas frente a las costas de California, en Long Beach, cerca de Los Ángeles, para fines 2026. Tendrán un diámetro de nueve metros y estarán ubicadas a una profundidad de entre 500 y 600 metros.
Cada una de ellas tendrá una capacidad energética estimada por unidad es de 0,4 megavatios hora, informó The Huffington Post.
El sitio elegido para el experimento no es casual. Las condiciones geográficas y oceanográficas de la costa californiana permiten aprovechar al máximo la presión del agua y la estabilidad del fondo marino.
Además, el Estado Dorado busca reforzar su liderazgo en energías renovables, y este tipo de innovación puede representar una alternativa real a las tradicionales centrales hidroeléctricas por bombeo, que suelen implicar altos costos ambientales.
Si un buzo se topara con ellas en las profundidades del océano, podría confundirlas con esculturas submarinas. Sin embargo, estas enormes esferas de hormigón que se sumergirán frente a las costas de California no tienen que ver con el arte, sino con la ciencia. Cada una de estas estructuras gigantes es una suerte de “batería” y forma parte de un experimento que podría transformar el modo en que se almacena y distribuye electricidad de origen renovable, sin dañar el ambiente.
“Baterías” de hormigón sumergidas en el mar: qué es el proyecto StEnSea y cómo funciona
El proyecto, llamado StEnSea, fue desarrollado por científicos alemanes del Instituto Fraunhofer de Economía de la Energía y Tecnología de Sistemas Energéticos (Fraunhofer IEE). Su objetivo es encontrar una solución sostenible al desafío global de almacenar energía renovable, cuando no hay viento ni sol.
Para ello, planean instalar enormes esferas de hormigón (cada una pesa unas 400 toneladas) en el fondo del mar. Estas estructuras, huecas, permitirán almacenar energía eléctrica.
La tecnología lleva por nombre StEnSea, acrónimo de Stored Energy at Sea. Se basa en un principio simple: utilizar la presión del agua marina para generar electricidad. Cada esfera hueca de hormigón funciona como tanque de almacenamiento, acompañada de una unidad técnica que incluye una turbina de bomba, una válvula regulable y sistemas de control y supervisión (Scada).
Cuando la esfera está vacía, representa una unidad completamente cargada. Para liberar energía, se abre la válvula y el agua de mar entra con fuerza, impulsando la turbina conectada a un generador que inyecta electricidad a la red.
Si se necesita recargar, se utiliza energía externa para bombear el agua hacia afuera, contra la presión del mar. Según detalla el Fraunhofer IEE, este proceso se puede repetir durante décadas sin dañar los componentes estructurales principales.
Potencial de almacenamiento global y beneficios ambientales del proyecto
De acuerdo con las estimaciones del Fraunhofer IEE, el potencial global de esta tecnología podría alcanzar los 820 mil gigavatios hora. Es decir, 820 millones de kilovatios hora por carga. Esta cantidad de energía sería suficiente para abastecer a más de 200 mil hogares grandes al año.
Solo en Europa, los diez lugares más apropiados para instalar estas esferas, podrían concentrar una quinta parte de ese total, lo que equivale a cuatro veces la capacidad actual de todas las centrales eléctricas de almacenamiento por bombeo en Alemania.
Otra de las ventajas del sistema StEnSea, según sus desarrolladores, radica en su bajo impacto ecológico. A diferencia de los sistemas tradicionales que requieren grandes obras civiles, represas o alteraciones del régimen hídrico, las esferas se colocan directamente en el lecho marino. Esto reduce significativamente los efectos sobre el entorno natural.
“El potencial de expansión del almacenamiento por bombeo convencional es limitado y las restricciones naturales y ecológicas son grandes. En el fondo del mar, ambas situaciones están prácticamente invertidas. Sobre todo, es probable que la aceptación entre los ciudadanos sea significativamente mayor”, explicó el Dr. Bernhard Ernst, investigador del Fraunhofer IEE.
La tecnología también permite realizar el mantenimiento de forma eficiente. La unidad técnica que contiene la turbina y el generador puede extraerse y repararse por separado sin necesidad de desmontar toda la estructura. Esto no solo mejora la vida útil del sistema, calculada entre 50 y 60 años, sino que reduce los costos de operación.
Energía sostenible y nuevas tecnologías
Para que el sistema funcione a gran escala, se requiere una producción masiva de electricidad, preferentemente de origen renovable. En este sentido, los investigadores apuestan por aerogeneradores cada vez más potentes. “Lógicamente, primero hay que producir gran parte de la electricidad, idealmente de forma sostenible”, indican los científicos.
La interacción entre parques eólicos de alta capacidad y las esferas submarinas de almacenamiento permitiría reducir el desperdicio de energía en los momentos de baja demanda y ofrecer una fuente estable durante los picos de consumo.
En qué consiste la prueba piloto en California
El plan piloto prevé instalar las primeras esferas frente a las costas de California, en Long Beach, cerca de Los Ángeles, para fines 2026. Tendrán un diámetro de nueve metros y estarán ubicadas a una profundidad de entre 500 y 600 metros.
Cada una de ellas tendrá una capacidad energética estimada por unidad es de 0,4 megavatios hora, informó The Huffington Post.
El sitio elegido para el experimento no es casual. Las condiciones geográficas y oceanográficas de la costa californiana permiten aprovechar al máximo la presión del agua y la estabilidad del fondo marino.
Además, el Estado Dorado busca reforzar su liderazgo en energías renovables, y este tipo de innovación puede representar una alternativa real a las tradicionales centrales hidroeléctricas por bombeo, que suelen implicar altos costos ambientales.
Un experimento en el océano de California podría transformar el futuro de la energía. Así funciona el sistema de almacenamiento sostenible. LA NACION