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Lali en Vélez: energía arrolladora, Moria Casán en el escenario, lágrimas de emoción y cánticos contra Milei

Finalmente, a las 21.22 de una noche fría, la espera terminó. Unas 50 mil personas atendieron el llamado para ser testigos de la primera vez que Lali Espósito (33) presenta en vivo No vayas a atender cuando el demonio llama, su sexto álbum de estudio y el más rockero hasta la fecha, aunque, por supuesto, sin renunciar a su marcada esencia pop.

Ante un Estadio de Vélez completamente agotado, donde los brillos, las pelucas de colores, los outfits temáticos y las remeras y buzos con inscripciones alusivas a su nuevo disco fueron parte del dresscode, la artista dio inicio a su nuevo tour dos con el que recorrerá más de 18 ciudades entre Argentina, Uruguay y España.

En la previa, una fan espera el show de Lali Esposito en Vélez

Antes de que las luces se apagaran para dar inicio al show, que duró alrededor de dos horas y cuarenta minutos, Pedro Rosemblat, el novio de la protagonista de la noche, se asomó a un costado del campo delantero y comenzó a sacarse fotos con todos los fanáticos que se acercaban a saludarlo. La misma situación se repitió con otros famosos amigos de la artista que también estaban presente, como Benjamín Rojas y Felipe Colombo.

Antes de que Espósito pusiera un pie en el escenario, las pantallas reprodujeron un divertido tráiler de la nueva película de Lilo & Stitch, en el que el travieso personaje ingresa al Estadio José Amalfitani y se cuela en el camarín de la cantante. “Lali & Stitch”, reza el cartel final.

Las luces vuelven a apagarse y el público, con sus celulares en alto, entona el Himno Nacional Argentino mientras aguanta los instantes finales de espera. Luego, claro, llegaron los cánticos en contra del presidente Javier Milei, uno de los máximos detractores de la artista que, finalmente, hizo su entrada triunfal al ritmo de “Lokura”, el hit rockero con el que, justamente, abre el álbum No vayas a atender cuando el demonio llama (después de la intro marcada por “Popstar”).

Lali abrió la noche en Vélez con Con entradas agotadas, la artista encendió el estadio en una enérgica noche cargada de momentos inolvidables

En el mismo tono y al son de sus sensuales coreografías siguió con “Sexy”, “2 Son 3″ y “Tu novia II”. Al igual que su look y en sintonía con la estética de su más reciente trabajo discográfico, las imágenes que reproducen las pantallas grandes son en blanco y negro.

“¿Qué? De nuevo: ¿qué?“, dice Lali, rendida ante la entrega y energía de sus fans. La misma que ella desborda desde arriba del escenario. ”Me están regalando un Vélez por segunda vez en nuestras vidas. ¿Esto está pasando? ¡Buenas noches, Buenos Aires! Qué expectativa, ¿no? ¡Qué ganas de no cagarla que tenía! Porque sabía que las expectativas eran altas. Me da mucha alegría presentar este álbum como si esto fuera el patio de mi casa. Gracias por el esfuerzo de venir hasta acá, de pagar una entrada. Este equipo trabajó para regalarles un momento inolvidable”.

La primera tanda se completa con “N5″, uno de los primeros puntos álgidos de la noche, y el regreso del “chape tour” (esta vez solo con una de sus bailarinas) en medio de un ensamble coreográfico tan sensual como sexual.

El primer tramo del show estuvo marcado por la estética de su nuevo disco, rockero, provocador, sensualLali alternó impactantes coreografías con otros momentos más íntimos en los que se permitió relucir su voz

Entre luces rojas y después del primer cambio de vestuario (ahora de blanco), el segundo acto llega de la mano de “Obsesión” y “Diva”. “Me van a matar de amor”, dice a su público antes de pasar a un momento más íntimo con “Morir de amor”.

“¿Este público es poguero o no?“, arenga la intérprete y advierte: ”El tema que viene ahora requiera mucha energía”. Enseguida suena “33″, el primer corte de difusión de No vayas a atender… y su colaboración con Dillom, que no se hizo presente en el escenario aunque muchos ansiaban con verlos juntos en vivo.

¿Hubo pogo, como Lali pidió? Sí. Y no solo sus fans cumplieron con lo pedido. En medio de los saltos y los coros desaforados al ritmo de “Y ahora soy yo la que le gana al tiempo”, Pedro Rosemblat apareció en el campo delantero, mezclado entre el público.

Aunque el frío parecía que iba a adueñarse de la noche, los fans que estaban en ambos sectores del campo se entregaron al pogo y terminaron con las camperas en sus manos

La euforia alcanzó un nuevo pico máximo cuando Moria Casán apareció junto a Lali para “Quiénes son?”, el tema de su disco anterior que incluye un divertido audio de WhatsApp que la diva le envió a la cantante cuando ella le pidió samplear la famosa frase que le da nombre a la canción.

“Qué orgullo estar en esta institución tan gloriosa, tan reventada de gente. ¡Qué maravilla! Un aplauso para esta gladiadora del pop. Por primera vez en la vida me cuelgo de alguien“, expresó la conductora, que desfiló por el escenario de la mano de Espósito (ahora lookeada con un conjunto sastrero) como en su época dorada de vedette.

“Esto es éxito porque hay trabajo, constancia, disciplina y muchos años transcurridos. Esto no es casual, esta mujer tiene un ángel desmedido, es una gran trabajadora a la que admiro muchísimo. Y es argentina”, concluyó La One, enfundada en un catsuit con apliques brillantes y un cinturón que decía su nombre.

“KO“, ”Baum Baum” y “Cómprame un Brishito” completaron la tanda hyperpop, cuyo broche de oro fue junto a Joaquín Levinton y su reversión de “Loco un poco”.

Lali regresa vestida con un blazer oversized, que enseguida se saca para relucir un body de brillos, medias de red y botas de caña alta. Coloca una silla en el escenario y, como una escena salida de Striptease, comienza a bailar mientras interpreta “Ahora”. Luego, uno de sus bailarines se suma para una osada coreografía que imita el pulso del acto sexual, para terminar con solo de guitarras extremadamente potente y sensual.

A continuación, Lali viaja en el tiempo y trae a la actualidad “Boomerang”, uno de sus hits de Soy, su álbum de 2016. “Basta de hablar y de hablar. Deja de mentir y lastimar. Si todo vuelve como un boomerang”, corean sus fans en otro de los momentos favoritos del recital. La artista sonríe y disfruta de un tema que, a pesar del paso del tiempo, no pierde vigencia y se resignifica en una actualidad plagada de haters y mensajes de odio, especialmente a raíz de su enfrentamiento con el Presidente. “Muchas gracias. A esta la vamos a versionar y versionar hasta el fin de los tiempos”, asegura.

“Esta canción se la quiero dedicar especialmente a mi querido amigo y coescritor, Martín Galán”, dice antes de dar paso a “Incondicional”, un tema que la quebró por completo a nivel emocional. Sin poder evitar las lágrimas, Espósito continuó hasta el final de la canción, momento en que se tapó el rostro y rompió en llanto. “Necesito un minuto”, se sinceró. “No saben lo que se ve desde acá, es muy impresionante. Muchas gracias”, agregó, con la voz todavía entrecortada.

“Ahora vamos a cantar, si puedo, una de las canciones más especiales para mí dentro de este álbum”, continuó, para luego hacer “Perdedor” y quebrarse nuevamente hacia el final del tema, sostenida por el pie del micrófono. Todavía emocionada siguió con “Corazón perdido”, y hacia el final exhaló profundo antes de dar paso a otro momento icónico.

Creo que la canción que viene ahora va a ser uno de los momentos más emocionantes de esta noche. Creo, porque faltan muchos momentos. Tengo una imagen del Vélez pasado que no se me va a borrar nunca y es posible que se repita. Es una canción muy importante en el repertorio”, prosiguió. “Ego”, otro de los hits de Soy, hizo estallar el Amalfitani. “¡Miren lo que es esto! ¡Miren lo que son!”, expresó la artista, que hizo que su público hiciera un bis a capela.

“No hay héroes” dio lugar a un nuevo momento íntimo, solo Lali sentada en las escalinatas del escenario y uno de sus músicos en la guitarra. “Se lo dedico a mis amigos que están por ahí. Los amo”.

El clima de fiesta regresó de la mano de Miranda! con el infalible “Mejor que vos”. Siguieron “Histeria”, “1Amor” y “S.O.S”, con una enérgica Taichu acompañando en el escenario. Después de “Sola”, sus bailarines vuelven para “MOTIVEISHON” mientras Lali se sube al vallado que separa el escenario del campo delantero para arengar a su público. “Como tú” cierra la tanda pop y las primeras dos horas de show.

Un grupo de 16 drags se apodera del escenario para un desfile a puro color al ritmo de “Soy”, tema que se convirtió en un himno para la comunidad LGBTQ+. Hacia el final, las pantallas se tiñeron con los colores del arcoíris y, después de un aplauso cerrado, resurgieron los cánticos en contra de Javier Milei.

Entre luces rojas, un nuevo acto -y otro cambio de vestuario- llega de la mano de “Disciplina”. El pogo vuelve y la energía se eleva con “Plástico”, otro de los platos fuertes de No vayas a atender cuando el demonio llama. Se trata de su colaboración con Duki, que tampoco se hizo presente en Vélez, y el tema donde suena la frase que da nombre al disco.

“En la vorágine del primer concierto después de mucho tiempo no les pregunté algo tan básico como cómo están”, dice Lali y saluda a cada uno de los sectores del estadio. “Gracias por su amor, gracias por venir, gracias por llenar este concierto. Pensé que no me iba a pasar nunca más. Gracias por su amor y por bancarme”, agrega, y repite tres veces la última palabra. “Gracias, de corazón. Las redes tienen muchas cosas de mierda, pero tienen algo muy increíble que es poder estar conectados, sentir que nos conocemos”.

Su reflexión continuó. “En estos tiempos donde uno puede decir cualquier barbaridad a través de las redes, cualquier cosa desalmada, desamorada, poco empática. En general hablo, eh. Vale un montón ese tiempo, ese mensaje cariñoso, con ilusión. Ser buenos con el otro, parece algo tan básico, pero que no abunda y a veces se pone de moda ser un s*rete. Y ustedes me defendieron y yo leía sus mensajes llenos de amor, respondiendo sin ser un s*rete con ese otro. Y eso es muy importante”.

Frente a un nuevo cántico en contra del Presidente, Lali aclaró: “Esto no es contra los votantes. Banco el canto, pero lo que importa es qué clase de persona sos con el otro. El corazón de alguien es lo que importa”.

“Pero, hay que hacer canciones para devolver un poco la patada, ya que estamos. Es una de las canciones más importantes de la noche, al menos para mí”, cierra su discurso y, como era de esperarse, interpretó “Fanático”.

Y, como había prometido, ese no fue el cierre del show. Su energía descomunal puso a bailar a todos -una vez más- con el provocador “Pendeja”, para luego finalizar con “No me importa“, que fue con dedicatoria incluida “a mis amigos, a los que me bancan y me quieren; el resto sobra”.

Finalmente, a las 21.22 de una noche fría, la espera terminó. Unas 50 mil personas atendieron el llamado para ser testigos de la primera vez que Lali Espósito (33) presenta en vivo No vayas a atender cuando el demonio llama, su sexto álbum de estudio y el más rockero hasta la fecha, aunque, por supuesto, sin renunciar a su marcada esencia pop.

Ante un Estadio de Vélez completamente agotado, donde los brillos, las pelucas de colores, los outfits temáticos y las remeras y buzos con inscripciones alusivas a su nuevo disco fueron parte del dresscode, la artista dio inicio a su nuevo tour dos con el que recorrerá más de 18 ciudades entre Argentina, Uruguay y España.

En la previa, una fan espera el show de Lali Esposito en Vélez

Antes de que las luces se apagaran para dar inicio al show, que duró alrededor de dos horas y cuarenta minutos, Pedro Rosemblat, el novio de la protagonista de la noche, se asomó a un costado del campo delantero y comenzó a sacarse fotos con todos los fanáticos que se acercaban a saludarlo. La misma situación se repitió con otros famosos amigos de la artista que también estaban presente, como Benjamín Rojas y Felipe Colombo.

Antes de que Espósito pusiera un pie en el escenario, las pantallas reprodujeron un divertido tráiler de la nueva película de Lilo & Stitch, en el que el travieso personaje ingresa al Estadio José Amalfitani y se cuela en el camarín de la cantante. “Lali & Stitch”, reza el cartel final.

Las luces vuelven a apagarse y el público, con sus celulares en alto, entona el Himno Nacional Argentino mientras aguanta los instantes finales de espera. Luego, claro, llegaron los cánticos en contra del presidente Javier Milei, uno de los máximos detractores de la artista que, finalmente, hizo su entrada triunfal al ritmo de “Lokura”, el hit rockero con el que, justamente, abre el álbum No vayas a atender cuando el demonio llama (después de la intro marcada por “Popstar”).

Lali abrió la noche en Vélez con Con entradas agotadas, la artista encendió el estadio en una enérgica noche cargada de momentos inolvidables

En el mismo tono y al son de sus sensuales coreografías siguió con “Sexy”, “2 Son 3″ y “Tu novia II”. Al igual que su look y en sintonía con la estética de su más reciente trabajo discográfico, las imágenes que reproducen las pantallas grandes son en blanco y negro.

“¿Qué? De nuevo: ¿qué?“, dice Lali, rendida ante la entrega y energía de sus fans. La misma que ella desborda desde arriba del escenario. ”Me están regalando un Vélez por segunda vez en nuestras vidas. ¿Esto está pasando? ¡Buenas noches, Buenos Aires! Qué expectativa, ¿no? ¡Qué ganas de no cagarla que tenía! Porque sabía que las expectativas eran altas. Me da mucha alegría presentar este álbum como si esto fuera el patio de mi casa. Gracias por el esfuerzo de venir hasta acá, de pagar una entrada. Este equipo trabajó para regalarles un momento inolvidable”.

La primera tanda se completa con “N5″, uno de los primeros puntos álgidos de la noche, y el regreso del “chape tour” (esta vez solo con una de sus bailarinas) en medio de un ensamble coreográfico tan sensual como sexual.

El primer tramo del show estuvo marcado por la estética de su nuevo disco, rockero, provocador, sensualLali alternó impactantes coreografías con otros momentos más íntimos en los que se permitió relucir su voz

Entre luces rojas y después del primer cambio de vestuario (ahora de blanco), el segundo acto llega de la mano de “Obsesión” y “Diva”. “Me van a matar de amor”, dice a su público antes de pasar a un momento más íntimo con “Morir de amor”.

“¿Este público es poguero o no?“, arenga la intérprete y advierte: ”El tema que viene ahora requiera mucha energía”. Enseguida suena “33″, el primer corte de difusión de No vayas a atender… y su colaboración con Dillom, que no se hizo presente en el escenario aunque muchos ansiaban con verlos juntos en vivo.

¿Hubo pogo, como Lali pidió? Sí. Y no solo sus fans cumplieron con lo pedido. En medio de los saltos y los coros desaforados al ritmo de “Y ahora soy yo la que le gana al tiempo”, Pedro Rosemblat apareció en el campo delantero, mezclado entre el público.

Aunque el frío parecía que iba a adueñarse de la noche, los fans que estaban en ambos sectores del campo se entregaron al pogo y terminaron con las camperas en sus manos

La euforia alcanzó un nuevo pico máximo cuando Moria Casán apareció junto a Lali para “Quiénes son?”, el tema de su disco anterior que incluye un divertido audio de WhatsApp que la diva le envió a la cantante cuando ella le pidió samplear la famosa frase que le da nombre a la canción.

“Qué orgullo estar en esta institución tan gloriosa, tan reventada de gente. ¡Qué maravilla! Un aplauso para esta gladiadora del pop. Por primera vez en la vida me cuelgo de alguien“, expresó la conductora, que desfiló por el escenario de la mano de Espósito (ahora lookeada con un conjunto sastrero) como en su época dorada de vedette.

“Esto es éxito porque hay trabajo, constancia, disciplina y muchos años transcurridos. Esto no es casual, esta mujer tiene un ángel desmedido, es una gran trabajadora a la que admiro muchísimo. Y es argentina”, concluyó La One, enfundada en un catsuit con apliques brillantes y un cinturón que decía su nombre.

“KO“, ”Baum Baum” y “Cómprame un Brishito” completaron la tanda hyperpop, cuyo broche de oro fue junto a Joaquín Levinton y su reversión de “Loco un poco”.

Lali regresa vestida con un blazer oversized, que enseguida se saca para relucir un body de brillos, medias de red y botas de caña alta. Coloca una silla en el escenario y, como una escena salida de Striptease, comienza a bailar mientras interpreta “Ahora”. Luego, uno de sus bailarines se suma para una osada coreografía que imita el pulso del acto sexual, para terminar con solo de guitarras extremadamente potente y sensual.

A continuación, Lali viaja en el tiempo y trae a la actualidad “Boomerang”, uno de sus hits de Soy, su álbum de 2016. “Basta de hablar y de hablar. Deja de mentir y lastimar. Si todo vuelve como un boomerang”, corean sus fans en otro de los momentos favoritos del recital. La artista sonríe y disfruta de un tema que, a pesar del paso del tiempo, no pierde vigencia y se resignifica en una actualidad plagada de haters y mensajes de odio, especialmente a raíz de su enfrentamiento con el Presidente. “Muchas gracias. A esta la vamos a versionar y versionar hasta el fin de los tiempos”, asegura.

“Esta canción se la quiero dedicar especialmente a mi querido amigo y coescritor, Martín Galán”, dice antes de dar paso a “Incondicional”, un tema que la quebró por completo a nivel emocional. Sin poder evitar las lágrimas, Espósito continuó hasta el final de la canción, momento en que se tapó el rostro y rompió en llanto. “Necesito un minuto”, se sinceró. “No saben lo que se ve desde acá, es muy impresionante. Muchas gracias”, agregó, con la voz todavía entrecortada.

“Ahora vamos a cantar, si puedo, una de las canciones más especiales para mí dentro de este álbum”, continuó, para luego hacer “Perdedor” y quebrarse nuevamente hacia el final del tema, sostenida por el pie del micrófono. Todavía emocionada siguió con “Corazón perdido”, y hacia el final exhaló profundo antes de dar paso a otro momento icónico.

Creo que la canción que viene ahora va a ser uno de los momentos más emocionantes de esta noche. Creo, porque faltan muchos momentos. Tengo una imagen del Vélez pasado que no se me va a borrar nunca y es posible que se repita. Es una canción muy importante en el repertorio”, prosiguió. “Ego”, otro de los hits de Soy, hizo estallar el Amalfitani. “¡Miren lo que es esto! ¡Miren lo que son!”, expresó la artista, que hizo que su público hiciera un bis a capela.

“No hay héroes” dio lugar a un nuevo momento íntimo, solo Lali sentada en las escalinatas del escenario y uno de sus músicos en la guitarra. “Se lo dedico a mis amigos que están por ahí. Los amo”.

El clima de fiesta regresó de la mano de Miranda! con el infalible “Mejor que vos”. Siguieron “Histeria”, “1Amor” y “S.O.S”, con una enérgica Taichu acompañando en el escenario. Después de “Sola”, sus bailarines vuelven para “MOTIVEISHON” mientras Lali se sube al vallado que separa el escenario del campo delantero para arengar a su público. “Como tú” cierra la tanda pop y las primeras dos horas de show.

Un grupo de 16 drags se apodera del escenario para un desfile a puro color al ritmo de “Soy”, tema que se convirtió en un himno para la comunidad LGBTQ+. Hacia el final, las pantallas se tiñeron con los colores del arcoíris y, después de un aplauso cerrado, resurgieron los cánticos en contra de Javier Milei.

Entre luces rojas, un nuevo acto -y otro cambio de vestuario- llega de la mano de “Disciplina”. El pogo vuelve y la energía se eleva con “Plástico”, otro de los platos fuertes de No vayas a atender cuando el demonio llama. Se trata de su colaboración con Duki, que tampoco se hizo presente en Vélez, y el tema donde suena la frase que da nombre al disco.

“En la vorágine del primer concierto después de mucho tiempo no les pregunté algo tan básico como cómo están”, dice Lali y saluda a cada uno de los sectores del estadio. “Gracias por su amor, gracias por venir, gracias por llenar este concierto. Pensé que no me iba a pasar nunca más. Gracias por su amor y por bancarme”, agrega, y repite tres veces la última palabra. “Gracias, de corazón. Las redes tienen muchas cosas de mierda, pero tienen algo muy increíble que es poder estar conectados, sentir que nos conocemos”.

Su reflexión continuó. “En estos tiempos donde uno puede decir cualquier barbaridad a través de las redes, cualquier cosa desalmada, desamorada, poco empática. En general hablo, eh. Vale un montón ese tiempo, ese mensaje cariñoso, con ilusión. Ser buenos con el otro, parece algo tan básico, pero que no abunda y a veces se pone de moda ser un s*rete. Y ustedes me defendieron y yo leía sus mensajes llenos de amor, respondiendo sin ser un s*rete con ese otro. Y eso es muy importante”.

Frente a un nuevo cántico en contra del Presidente, Lali aclaró: “Esto no es contra los votantes. Banco el canto, pero lo que importa es qué clase de persona sos con el otro. El corazón de alguien es lo que importa”.

“Pero, hay que hacer canciones para devolver un poco la patada, ya que estamos. Es una de las canciones más importantes de la noche, al menos para mí”, cierra su discurso y, como era de esperarse, interpretó “Fanático”.

Y, como había prometido, ese no fue el cierre del show. Su energía descomunal puso a bailar a todos -una vez más- con el provocador “Pendeja”, para luego finalizar con “No me importa“, que fue con dedicatoria incluida “a mis amigos, a los que me bancan y me quieren; el resto sobra”.

 Tras el lanzamiento de No vayas a atender cuando el demonio llama, la actriz y cantante dio inicio a su nuevo tour, con el recorrerá más de 18 ciudades entre Argentina, Uruguay y España  LA NACION

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