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Ignacio Schor, el chico que dejó libre River y encontró en Platense su lugar para volar

Ignacio Schor llora desconsoladamente. Tendido sobre el césped del estadio Madre de Ciudades, acaba de coronarse campeón con Platense, un club que hasta este domingo nunca había logrado un título en sus 120 años de historia. Es un momento inolvidable, único y eterno para él, para sus compañeros y para su familia, que lo acompañó siempre.

Esta vez, las lágrimas son de alegría. Las de un chico que hasta no hace mucho iba a entrenarse en bicicleta. Muy diferentes a las que caminaron por su rostro cuando a los 12 años quedó inesperadamente libre de River, después de hacer las tres categorías de infantiles.

Pero el fútbol siempre da revancha, y después de hacer la Novena en San Lorenzo, en Platense encontró su lugar en el mundo. De octava división a Primera defendió la casaca de un Calamar que deambulaba en el ascenso. Aunque él metió dos vueltas olímpicas con su categoría (la 2000): campeones en sexta y en quinta, algo muy infrecuente para un club modesto al que nunca le sobró nada.

Debutó en la Primera B y tuvo un rol mucho más destacado en el Nacional B, con Claudio Spontón como DT. Por su melena rubia, casualmente lo comparaban con quien fuera su entrenador, vieja gloria del club. Ya entonces apareció el apodo “El Pájaro”, por su rubia cabellera y su velocidad.

En la charla con LA NACION se lo ve más rubio que nunca, y reconoce que antes de la final con Huracán le metió “un poco de alegría” a su cabellera. Porque al fin y al cabo, la de Schor es la historia de un pibe como cualquier otro, que siempre tuvo claro que nunca hay que darse por vencido, que hay que seguir adelante, a pesar de todo, porque los sueños se cumplen.

-Sos campeón con Platense

-¡Qué locura! ¡Qué lindo! ¡Qué lindo! Este año fue impresionante porque pude tener más continuidad gracias a estar bien en lo físico. Llegué hace poquito a los 100 partidos con esta camiseta. Y este título, que es la frutilla del postre. Algo soñado e inolvidable.

-¿Cómo vivieron estas semanas?

-Fue todo impresionante lo de la gente y lo que se fue generando. Porque a mí no me había tocado vivir esta instancia con Platense en 2023 porque justo me había ido a préstamo a Newell’s. La verdad es que es hermoso. Hermoso. Se vive de una manera impresionante y más de la manera en que se fue dando, ¿no? Este torneo fue picante, eliminando a tres grandes y de visitantes. Estar en otra final era el premio al esfuerzo que venimos haciendo hace un tiempo largo ya. Y por suerte pudimos coronarlo con el primer título de la historia del club.

Ignacio Schor parece no querer soltar la copa de campeón que ganó con Platense

-¿Cómo es el plantel?

-Somos un grupo muy alegre, la verdad que nos llevamos muy bien entre todos. A veces es difícil que un plantel se lleve bien entre todos, ¿viste? Siempre capaz que hay grupos o está un poco dividido, pero la verdad que este plantel nos llevamos muy bien entre todos, todos tiramos para el mismo lado. Creo que eso es clave para haber logrado este título.

-¿Se habían juramentado algo a comienzos de año?

-Tuvimos una reunión muy buena en la que dijimos que a nosotros no nos sobra nada. A ningún jugador. Entonces, tenemos que correr, tenemos que meter, tenemos que entrenar al máximo. Sabemos que si uno de nosotros, adentro o afuera de la cancha, no daba el máximo en los entrenamientos y en los partidos, no podíamos competir. Es así. Porque acá no hay ningún crack, ninguna estrella, no tenemos ningún tipo que se saque cuatro o cinco rivales de encima y te gane el partido. Eso acá no existe. Entonces, sabíamos que tenemos que correr, que tener intensidad en los partidos y creo que entendimos el mensaje a la perfección, que es el que nos dio la dupla. Ese esfuerzo es lo que valió la pena para llegar hasta acá.

Nacho Schor está en Platense desde los 13 años, fue campeón en la sexta y en la quinta, y jugó en la B Metro y en la B Nacional; desde este domingo es el campeón del fútbol argentino con el Calamar

-Se te dieron dos situaciones curiosas. Debutás en Primera división y enseguida llega el ascenso

-Esas cosas no se pueden preparar. Yo estaba jugando en la reserva, no estaba en los planes que me suban a la primera y viene la pandemia: se van varios jugadores y me toca subir. Hice unos muy buenos amistosos en la pretemporada y termino siendo titular en 9 de los 10 partidos en el torneo ese que ascendimos. Y ascendemos y fue todo muy rápido: el cambio a Primera, la transición, todas estas cosas que a veces cuesta.

-La otra: a comienzos de 2023 te vas a préstamo a Newell’s y al mes terminás jugando un amistoso contra Messi en Miami

-Noooo. Esa fue increíble. Me lleva el Gringo Heinze y en febrero nos vamos a jugar contra Inter Miami. No lo podía creer. Tengo una camiseta en casa firmada, hay fotos. Leo es un crack, se sacó una foto con cada uno de nosotros. En ese ratito lo único que hice fue agradecerle por todo lo que hizo, por la selección y por todo lo que lo que él mueve. Fue una experiencia increíble.

-¿Tu primera profe de fútbol fue una mujer?

-¡Si! En la escuelita de fútbol del Club Ciudad. Emilce se llama. La recuerdo con mucho cariño. Fue la que más o menos me enseñó mis primeros pasos en el fútbol ahí en las canchitas de Muni. También jugábamos con el Córdoba, un personaje del club que es como una eminencia para todos los chicos. Hace rato que no voy al Club Ciudad, pero es un lugar que quiero mucho. Soy socio desde los tres años.

-En la familia se habla de fútbol?

-Sí, mi papá es re futbolero. Él quiso jugar al fútbol, pero por diferentes temas no pudo llegar. Entonces, creo que vive el fútbol a través mío. Siempre puedo hablar y estar con él, siempre me llevó a todas las canchas, a todos lados. La verdad es que tanto él como mi vieja, los dos me acompañaron toda mi vida en el fútbol, que es algo a veces difícil, esto de que los padres te acompañen en el fútbo. Ellos dos me acompañaron siempre al 100 por ciento. Mi viejo, mi vieja me llevaron a todos lados, en el Babi en Ciudad, en River, en Platense, en todos lados. Estoy muy agradecido con ellos y fue hermoso poder celebrar el título con ellos en la cancha.

Ignacio Schor jugando en la reserva de Platense, en 2020

-Llegaste a Platense a los 13 años y ahora tenés 24, ¿cómo ves hoy al club?

-Cuando yo llegué con 13 años a Platense era otra realidad. Hoy se ven mucho los cambios, la mejoría que viene teniendo Platense. Porque hace 4 años que ascendimos, en 2023 se jugó una final, el año pasado quedamos a un punto de entrar a la Sudamericana y ahora somos campeones. Creo que todo eso expone la mejoría del club. El predio está muchísimo mejor que cuando yo llegué. Hoy los chicos quieren venir a probarse a Platense, quieren venir a jugar a Platense. Eso es algo increíble que le suma al club, les suma a los socios, les suma a todos. Entonces yo me pongo muy contento más que nada por eso también, por la evolución que está teniendo el club.

-¿Cómo fue esa caminata hasta el punto penal para definir el partido con River?

-Primero mucha atención, mucho nerviosismo, porque más que nada se había dado un partido que los últimos 20 minutos fue todo mucho muy tensionado por el tema del árbitro y las decisiones que había tomado. Creo que por eso quedó todo más épico, ¿no? Pero la verdad es que estaba nervioso. Y te digo nervioso por no decirte que estaba cagado. Pero cuando erró Driussi y después erró Castaño y vi que me tocaba patear el quinto penal a mí, la verdad que dentro mío me decía que eso no era casualidad, que yo estaba parado ahí por algo y que la pelota iba a entrar. Fui con mucha fe a patear y cuando vi que entró, lo grité con todo.

-¿Qué sentiste en ese festejo?

-Un desahogo impresionante. Por mí y por mis compañeros. Sobre todo por cómo se había dado el partido.

-¿Es cábala que arranques de suplente?

-En este torneo me tocó ser suplente, pero creo que entré en todas las fechas. Es algo que yo nunca me voy a quejar porque es una decisión de los entrenadores. No me siento excluido ni me siento menos que nadie. Me siento parte del grupo porque sé que yo en esos los últimos 15 o 20 minutos puedo aportar esa energía y verticalidad hacia adelante. Nunca me quejaría.

Ignacio Schor remata un balón durante una práctica de Platense

-¿Cómo combatiste la ansiedad en la semana previa a la final?

-Tuve una ansiedad terrible de querer estar ya en Santiago y que arranque el partido. Pero bueno, la pasé con mi familia. Con mi novia, con mi perrito. Fui a comer con mi mamá, con mi papá. Me rodeé de energía de la buena, que uno lo llena. Para llegar con esa energía, con el tanque lleno para este partido, que fue lo más importante para mí.

-¿Qué es Platense?

-En lo futbolístico, Platense es todo, pero también me educó como persona. Porque es venir a entrar todos los días al club. Cruzarte con las mismas personas. Pasó mucha gente acá, conocí un montón de gente, muchos compañeros que no han llegado. Estoy muy agradecido a Platense y es hermoso que hayamos podido ganar esta primera estrella. Siempre voy a estar muy agradecido, siempre me trataron muy bien. Yo soy de acá del barrio, vivo en Saavedra desde hace un montón de tiempo, la gente también me conoce, me cruza por las calles y siento ese cariño y estoy muy agradecido con ellos también.

Las lágrimas de emoción ya se secaron y la euforia por el logro obtenido se mimetiza con la de sus compañeros. Con el torso desnudo, Nacho Schor se va del Madre de Ciudades apretando fuerte con su mano derecha un souvenir muy especial: la copa de campeón del fútbol argentino. Esa que tantas veces soñó. Y a la cámara que inmortaliza ese momento le dice: “Me la llevo a casa, ¿eh?. Está linda, ¿no?”

Ignacio Schor llora desconsoladamente. Tendido sobre el césped del estadio Madre de Ciudades, acaba de coronarse campeón con Platense, un club que hasta este domingo nunca había logrado un título en sus 120 años de historia. Es un momento inolvidable, único y eterno para él, para sus compañeros y para su familia, que lo acompañó siempre.

Esta vez, las lágrimas son de alegría. Las de un chico que hasta no hace mucho iba a entrenarse en bicicleta. Muy diferentes a las que caminaron por su rostro cuando a los 12 años quedó inesperadamente libre de River, después de hacer las tres categorías de infantiles.

Pero el fútbol siempre da revancha, y después de hacer la Novena en San Lorenzo, en Platense encontró su lugar en el mundo. De octava división a Primera defendió la casaca de un Calamar que deambulaba en el ascenso. Aunque él metió dos vueltas olímpicas con su categoría (la 2000): campeones en sexta y en quinta, algo muy infrecuente para un club modesto al que nunca le sobró nada.

Debutó en la Primera B y tuvo un rol mucho más destacado en el Nacional B, con Claudio Spontón como DT. Por su melena rubia, casualmente lo comparaban con quien fuera su entrenador, vieja gloria del club. Ya entonces apareció el apodo “El Pájaro”, por su rubia cabellera y su velocidad.

En la charla con LA NACION se lo ve más rubio que nunca, y reconoce que antes de la final con Huracán le metió “un poco de alegría” a su cabellera. Porque al fin y al cabo, la de Schor es la historia de un pibe como cualquier otro, que siempre tuvo claro que nunca hay que darse por vencido, que hay que seguir adelante, a pesar de todo, porque los sueños se cumplen.

-Sos campeón con Platense

-¡Qué locura! ¡Qué lindo! ¡Qué lindo! Este año fue impresionante porque pude tener más continuidad gracias a estar bien en lo físico. Llegué hace poquito a los 100 partidos con esta camiseta. Y este título, que es la frutilla del postre. Algo soñado e inolvidable.

-¿Cómo vivieron estas semanas?

-Fue todo impresionante lo de la gente y lo que se fue generando. Porque a mí no me había tocado vivir esta instancia con Platense en 2023 porque justo me había ido a préstamo a Newell’s. La verdad es que es hermoso. Hermoso. Se vive de una manera impresionante y más de la manera en que se fue dando, ¿no? Este torneo fue picante, eliminando a tres grandes y de visitantes. Estar en otra final era el premio al esfuerzo que venimos haciendo hace un tiempo largo ya. Y por suerte pudimos coronarlo con el primer título de la historia del club.

Ignacio Schor parece no querer soltar la copa de campeón que ganó con Platense

-¿Cómo es el plantel?

-Somos un grupo muy alegre, la verdad que nos llevamos muy bien entre todos. A veces es difícil que un plantel se lleve bien entre todos, ¿viste? Siempre capaz que hay grupos o está un poco dividido, pero la verdad que este plantel nos llevamos muy bien entre todos, todos tiramos para el mismo lado. Creo que eso es clave para haber logrado este título.

-¿Se habían juramentado algo a comienzos de año?

-Tuvimos una reunión muy buena en la que dijimos que a nosotros no nos sobra nada. A ningún jugador. Entonces, tenemos que correr, tenemos que meter, tenemos que entrenar al máximo. Sabemos que si uno de nosotros, adentro o afuera de la cancha, no daba el máximo en los entrenamientos y en los partidos, no podíamos competir. Es así. Porque acá no hay ningún crack, ninguna estrella, no tenemos ningún tipo que se saque cuatro o cinco rivales de encima y te gane el partido. Eso acá no existe. Entonces, sabíamos que tenemos que correr, que tener intensidad en los partidos y creo que entendimos el mensaje a la perfección, que es el que nos dio la dupla. Ese esfuerzo es lo que valió la pena para llegar hasta acá.

Nacho Schor está en Platense desde los 13 años, fue campeón en la sexta y en la quinta, y jugó en la B Metro y en la B Nacional; desde este domingo es el campeón del fútbol argentino con el Calamar

-Se te dieron dos situaciones curiosas. Debutás en Primera división y enseguida llega el ascenso

-Esas cosas no se pueden preparar. Yo estaba jugando en la reserva, no estaba en los planes que me suban a la primera y viene la pandemia: se van varios jugadores y me toca subir. Hice unos muy buenos amistosos en la pretemporada y termino siendo titular en 9 de los 10 partidos en el torneo ese que ascendimos. Y ascendemos y fue todo muy rápido: el cambio a Primera, la transición, todas estas cosas que a veces cuesta.

-La otra: a comienzos de 2023 te vas a préstamo a Newell’s y al mes terminás jugando un amistoso contra Messi en Miami

-Noooo. Esa fue increíble. Me lleva el Gringo Heinze y en febrero nos vamos a jugar contra Inter Miami. No lo podía creer. Tengo una camiseta en casa firmada, hay fotos. Leo es un crack, se sacó una foto con cada uno de nosotros. En ese ratito lo único que hice fue agradecerle por todo lo que hizo, por la selección y por todo lo que lo que él mueve. Fue una experiencia increíble.

-¿Tu primera profe de fútbol fue una mujer?

-¡Si! En la escuelita de fútbol del Club Ciudad. Emilce se llama. La recuerdo con mucho cariño. Fue la que más o menos me enseñó mis primeros pasos en el fútbol ahí en las canchitas de Muni. También jugábamos con el Córdoba, un personaje del club que es como una eminencia para todos los chicos. Hace rato que no voy al Club Ciudad, pero es un lugar que quiero mucho. Soy socio desde los tres años.

-En la familia se habla de fútbol?

-Sí, mi papá es re futbolero. Él quiso jugar al fútbol, pero por diferentes temas no pudo llegar. Entonces, creo que vive el fútbol a través mío. Siempre puedo hablar y estar con él, siempre me llevó a todas las canchas, a todos lados. La verdad es que tanto él como mi vieja, los dos me acompañaron toda mi vida en el fútbol, que es algo a veces difícil, esto de que los padres te acompañen en el fútbo. Ellos dos me acompañaron siempre al 100 por ciento. Mi viejo, mi vieja me llevaron a todos lados, en el Babi en Ciudad, en River, en Platense, en todos lados. Estoy muy agradecido con ellos y fue hermoso poder celebrar el título con ellos en la cancha.

Ignacio Schor jugando en la reserva de Platense, en 2020

-Llegaste a Platense a los 13 años y ahora tenés 24, ¿cómo ves hoy al club?

-Cuando yo llegué con 13 años a Platense era otra realidad. Hoy se ven mucho los cambios, la mejoría que viene teniendo Platense. Porque hace 4 años que ascendimos, en 2023 se jugó una final, el año pasado quedamos a un punto de entrar a la Sudamericana y ahora somos campeones. Creo que todo eso expone la mejoría del club. El predio está muchísimo mejor que cuando yo llegué. Hoy los chicos quieren venir a probarse a Platense, quieren venir a jugar a Platense. Eso es algo increíble que le suma al club, les suma a los socios, les suma a todos. Entonces yo me pongo muy contento más que nada por eso también, por la evolución que está teniendo el club.

-¿Cómo fue esa caminata hasta el punto penal para definir el partido con River?

-Primero mucha atención, mucho nerviosismo, porque más que nada se había dado un partido que los últimos 20 minutos fue todo mucho muy tensionado por el tema del árbitro y las decisiones que había tomado. Creo que por eso quedó todo más épico, ¿no? Pero la verdad es que estaba nervioso. Y te digo nervioso por no decirte que estaba cagado. Pero cuando erró Driussi y después erró Castaño y vi que me tocaba patear el quinto penal a mí, la verdad que dentro mío me decía que eso no era casualidad, que yo estaba parado ahí por algo y que la pelota iba a entrar. Fui con mucha fe a patear y cuando vi que entró, lo grité con todo.

-¿Qué sentiste en ese festejo?

-Un desahogo impresionante. Por mí y por mis compañeros. Sobre todo por cómo se había dado el partido.

-¿Es cábala que arranques de suplente?

-En este torneo me tocó ser suplente, pero creo que entré en todas las fechas. Es algo que yo nunca me voy a quejar porque es una decisión de los entrenadores. No me siento excluido ni me siento menos que nadie. Me siento parte del grupo porque sé que yo en esos los últimos 15 o 20 minutos puedo aportar esa energía y verticalidad hacia adelante. Nunca me quejaría.

Ignacio Schor remata un balón durante una práctica de Platense

-¿Cómo combatiste la ansiedad en la semana previa a la final?

-Tuve una ansiedad terrible de querer estar ya en Santiago y que arranque el partido. Pero bueno, la pasé con mi familia. Con mi novia, con mi perrito. Fui a comer con mi mamá, con mi papá. Me rodeé de energía de la buena, que uno lo llena. Para llegar con esa energía, con el tanque lleno para este partido, que fue lo más importante para mí.

-¿Qué es Platense?

-En lo futbolístico, Platense es todo, pero también me educó como persona. Porque es venir a entrar todos los días al club. Cruzarte con las mismas personas. Pasó mucha gente acá, conocí un montón de gente, muchos compañeros que no han llegado. Estoy muy agradecido a Platense y es hermoso que hayamos podido ganar esta primera estrella. Siempre voy a estar muy agradecido, siempre me trataron muy bien. Yo soy de acá del barrio, vivo en Saavedra desde hace un montón de tiempo, la gente también me conoce, me cruza por las calles y siento ese cariño y estoy muy agradecido con ellos también.

Las lágrimas de emoción ya se secaron y la euforia por el logro obtenido se mimetiza con la de sus compañeros. Con el torso desnudo, Nacho Schor se va del Madre de Ciudades apretando fuerte con su mano derecha un souvenir muy especial: la copa de campeón del fútbol argentino. Esa que tantas veces soñó. Y a la cámara que inmortaliza ese momento le dice: “Me la llevo a casa, ¿eh?. Está linda, ¿no?”

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