Cómo era el barco de lujo de José Luis Manzano por dentro y cuánto costaba alquilarlo

El Sea Lady II, un yate de lujo de 41 metros de eslora, sufrió un importante incendio en el puerto de Saint-Tropez, uno de los destinos más exclusivos de la Riviera Francesa. La embarcación, que se encontraba amarrada al momento del siniestro, terminó volcando tras ser consumida por las llamas.
El empresario argentino José Luis Manzano, exministro del Interior durante el gobierno de Carlos Menem y actual accionista del Grupo América, confirmó a LA NACION que era el propietario del barco. “Fue un susto. Gracias a Dios no hubo heridos ni pasó nada a nadie”, señaló tras el episodio a este medio.
Diseñado en el Reino Unido por el reconocido arquitecto naval Donovan Shead y construido en 1986 por el astillero británico W.A. Souter & Sons, el Sea Lady II estaba catalogado entre el 30% de los mejores yates a motor del mundo, según Boat International. Navegaba bajo bandera de Malta y operaba regularmente en destinos exclusivos del Mediterráneo, como la Costa Azul, las Islas Baleares, la costa Amalfitana, Cerdeña y Córcega.
El yate había sido sometida a varias remodelaciones desde su lanzamiento, siendo la última en 2024. Su perfil exterior mantenía un estilo clásico, con líneas elegantes, mientras que su interior había sido completamente rediseñado por el decorador francés Frédéric Mechiche. Los acabados incluían maderas, mármoles y textiles de alta gama, con un diseño orientado a ofrecer confort y privacidad.
La embarcación contaba con cinco camarotes distribuidos para alojar a diez huéspedes. La suite principal, ubicada a lo ancho del casco, incluía vestidor, baño en suite y un escritorio privado. Los cuatro camarotes restantes también disponían de baño privado. A bordo trabajaban ocho tripulantes, distribuidos en espacios de servicio independientes para garantizar la atención continua.
En cuanto a comodidades, señala Yacht Charter Fleet, el Sea Lady II ofrecía dos amplios salones con sistemas de entretenimiento integrados, comedor formal, bar exterior, solárium en cubierta y varias terrazas con vistas abiertas al mar. También contaba con Wi-Fi, televisión satelital, consola de juegos y aire acondicionado.
Para actividades náuticas, disponía de una amplia colección de equipos: dos tenders auxiliares (una embarcación de 7,8 metros con motor interno y otra más pequeña de 4,7 metros), motos de agua, Seabobs (vehículos submarinos eléctricos), esquíes acuáticos, kayak, equipo de pesca profesional y sets completos de snorkel.
Desde el punto de vista técnico, el yate estaba construido en aluminio naval, con una manga de 7,37 metros y un calado de 2,2 metros. Era propulsado por dos motores Caterpillar C32 de 1300 caballos de fuerza cada uno, lo que le permitía alcanzar una velocidad crucero de 12 nudos y una máxima de 16 nudos.
Gracias a sus tanques de combustible de 45.000 litros, tenía una autonomía estimada de 3.000 millas náuticas, ideal para travesías largas sin necesidad de reabastecimiento.
El precio de alquiler semanal oscilaba entre los 65.000 y 80.000 euros, según temporada y servicios contratados, lo que equivale a entre 95 y 117 millones de pesos argentinos al tipo de cambio actual.
El servicio se contrataba a través de agencias internacionales como Fraser Worldwide, con base en Mónaco. A lo largo de su historia, el yate tuvo otros nombres: D’Angleterre II, Irina M y Argolynne.
El incendio y la evacuación
El siniestro ocurrió el jueves por la noche, alrededor de las 20.15, mientras la embarcación se encontraba en el puerto de Saint-Tropez. El fuego fue controlado recién hacia las 3.30 del viernes. El incendio se habría originado por una falla eléctrica y se propagó rápidamente debido al revestimiento interior de madera.
Un equipo de 60 bomberos trabajó en el lugar, y la mitad de ellos permaneció en tareas de control durante todo el viernes. Las llamas generaron una situación de tensión en la zona portuaria, con la evacuación inmediata de otras embarcaciones y la instalación de barreras anticontaminación para contener eventuales derrames de combustible.
Dos personas, de 24 y 35 años, fueron atendidas por inhalación de humo, pero no presentaron lesiones graves. Los ocho tripulantes y siete pasajeros fueron evacuados y trasladados a un hotel cercano sin complicaciones.
“El fuego era visible desde varios puntos del puerto. Los yates circundantes fueron liberados rápidamente y se instalaron barreras anticontaminación”, informó un portavoz de los bomberos al medio francés Le Parisien.
El Sea Lady II, un yate de lujo de 41 metros de eslora, sufrió un importante incendio en el puerto de Saint-Tropez, uno de los destinos más exclusivos de la Riviera Francesa. La embarcación, que se encontraba amarrada al momento del siniestro, terminó volcando tras ser consumida por las llamas.
El empresario argentino José Luis Manzano, exministro del Interior durante el gobierno de Carlos Menem y actual accionista del Grupo América, confirmó a LA NACION que era el propietario del barco. “Fue un susto. Gracias a Dios no hubo heridos ni pasó nada a nadie”, señaló tras el episodio a este medio.
Diseñado en el Reino Unido por el reconocido arquitecto naval Donovan Shead y construido en 1986 por el astillero británico W.A. Souter & Sons, el Sea Lady II estaba catalogado entre el 30% de los mejores yates a motor del mundo, según Boat International. Navegaba bajo bandera de Malta y operaba regularmente en destinos exclusivos del Mediterráneo, como la Costa Azul, las Islas Baleares, la costa Amalfitana, Cerdeña y Córcega.
El yate había sido sometida a varias remodelaciones desde su lanzamiento, siendo la última en 2024. Su perfil exterior mantenía un estilo clásico, con líneas elegantes, mientras que su interior había sido completamente rediseñado por el decorador francés Frédéric Mechiche. Los acabados incluían maderas, mármoles y textiles de alta gama, con un diseño orientado a ofrecer confort y privacidad.
La embarcación contaba con cinco camarotes distribuidos para alojar a diez huéspedes. La suite principal, ubicada a lo ancho del casco, incluía vestidor, baño en suite y un escritorio privado. Los cuatro camarotes restantes también disponían de baño privado. A bordo trabajaban ocho tripulantes, distribuidos en espacios de servicio independientes para garantizar la atención continua.
En cuanto a comodidades, señala Yacht Charter Fleet, el Sea Lady II ofrecía dos amplios salones con sistemas de entretenimiento integrados, comedor formal, bar exterior, solárium en cubierta y varias terrazas con vistas abiertas al mar. También contaba con Wi-Fi, televisión satelital, consola de juegos y aire acondicionado.
Para actividades náuticas, disponía de una amplia colección de equipos: dos tenders auxiliares (una embarcación de 7,8 metros con motor interno y otra más pequeña de 4,7 metros), motos de agua, Seabobs (vehículos submarinos eléctricos), esquíes acuáticos, kayak, equipo de pesca profesional y sets completos de snorkel.
Desde el punto de vista técnico, el yate estaba construido en aluminio naval, con una manga de 7,37 metros y un calado de 2,2 metros. Era propulsado por dos motores Caterpillar C32 de 1300 caballos de fuerza cada uno, lo que le permitía alcanzar una velocidad crucero de 12 nudos y una máxima de 16 nudos.
Gracias a sus tanques de combustible de 45.000 litros, tenía una autonomía estimada de 3.000 millas náuticas, ideal para travesías largas sin necesidad de reabastecimiento.
El precio de alquiler semanal oscilaba entre los 65.000 y 80.000 euros, según temporada y servicios contratados, lo que equivale a entre 95 y 117 millones de pesos argentinos al tipo de cambio actual.
El servicio se contrataba a través de agencias internacionales como Fraser Worldwide, con base en Mónaco. A lo largo de su historia, el yate tuvo otros nombres: D’Angleterre II, Irina M y Argolynne.
El incendio y la evacuación
El siniestro ocurrió el jueves por la noche, alrededor de las 20.15, mientras la embarcación se encontraba en el puerto de Saint-Tropez. El fuego fue controlado recién hacia las 3.30 del viernes. El incendio se habría originado por una falla eléctrica y se propagó rápidamente debido al revestimiento interior de madera.
Un equipo de 60 bomberos trabajó en el lugar, y la mitad de ellos permaneció en tareas de control durante todo el viernes. Las llamas generaron una situación de tensión en la zona portuaria, con la evacuación inmediata de otras embarcaciones y la instalación de barreras anticontaminación para contener eventuales derrames de combustible.
Dos personas, de 24 y 35 años, fueron atendidas por inhalación de humo, pero no presentaron lesiones graves. Los ocho tripulantes y siete pasajeros fueron evacuados y trasladados a un hotel cercano sin complicaciones.
“El fuego era visible desde varios puntos del puerto. Los yates circundantes fueron liberados rápidamente y se instalaron barreras anticontaminación”, informó un portavoz de los bomberos al medio francés Le Parisien.
Diseñado en el Reino Unido y remodelado en 2024, se ofrecía para navegación en el Mediterráneo; su alquiler semanal rondaba los 117 millones de pesos e incluía servicios exclusivos y personal a bordo LA NACION