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Columbia se diferencia de Harvard y cede ante la presión en busca de un acuerdo con Trump

NUEVA YORK.- A la espera de un acuerdo sobre los fondos federales, la Universidad de Columbia anunció el martes nuevas reformas para combatir el antisemitismo en el campus, entre ellas la adopción formal de una polémica definición que considera algunas críticas al Estado de Israel como expresiones antisemitas.

Los cambios, varios de los cuales habían sido reclamados durante años por organizaciones judías pro-Israel, se enmarcan en las negociaciones de un posible acuerdo entre Columbia y el gobierno de Trump para desbloquear más de 400 millones de dólares en fondos de investigación. Dichos fondos fueron suspendidos tras denuncias de que la institución no estaba tomando medidas suficientes para combatir el antisemitismo en el campus.

Según revelaron al New York Times dos fuentes con conocimiento directo de las conversaciones, el acuerdo —que podría cerrarse esta misma semana— incluiría probablemente una multa millonaria que Columbia debería pagar para resolver las acusaciones. Además, impondría nuevas reformas como condición para restablecer el acceso de la universidad a los fondos federales.

A su vez, la Universidad de Columbia accedió a una de las exigencias del gobierno de Trump al colocar su departamento de Estudios de Medio Oriente bajo una nueva supervisión.

El profesor adjunto de la Universidad de Columbia, Shai Davidai, lee los nombres de los rehenes israelíes retenidos por Hamas después de que se les negara el acceso al campus principal, para impedirle acceder al césped actualmente ocupado por manifestantes estudiantiles pro-Palestina en Nueva York el lunes 22 de abril de 2024

La medida forma parte de una serie de “compromisos adicionales” anunciados por la presidenta interina de la universidad, Claire Shipman, en una carta difundida el 15 de julio, con el objetivo de reforzar la respuesta institucional frente al antisemitismo.

Una de las principales novedades es la incorporación formal de la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés) a las políticas antidiscriminatorias de la Oficina de Equidad Institucional (OIE). Esta definición, que ya era utilizada con fines pedagógicos por el Task Force contra el Antisemitismo, pasará ahora a emplearse también como herramienta para identificar y evaluar conductas con posible intención discriminatoria, en línea con las recomendaciones del Departamento de Educación de Estados Unidos.

Otra medida importante es la designación de nuevos coordinadores para los Títulos VI y VII, que supervisan el cumplimiento de las leyes federales que prohíben la discriminación por motivos de raza, religión, origen nacional, género y otros factores. Estos funcionarios, que operarán dentro de la OIE, estarán encargados de responder a denuncias, asesorar a las partes involucradas y elaborar informes anuales públicos con estadísticas sobre casos, investigaciones y resultados. Columbia espera que esta mayor transparencia contribuya a fortalecer la confianza de la comunidad en los mecanismos institucionales.

La gente se reúne mientras los profesores de la Universidad de Columbia se pronuncian contra la represión de la universidad contra los estudiantes pro palestinos en la Universidad de Columbia en Nueva York el lunes 22 de abril de 2024

Además, la universidad ampliará su oferta de formación sobre antisemitismo mediante alianzas con organizaciones judías tanto nacionales como internacionales, entre ellas Project Shema, la Anti-Defamation League (ADL), la Fundación para Combatir el Antisemitismo y Kalaniyot. También se evalúa una posible colaboración con Yad Vashem, la institución oficial israelí dedicada a la memoria de las víctimas del Holocausto.

Estos programas estarán dirigidos a estudiantes, profesores y personal administrativo, con el objetivo de fomentar una comprensión más profunda de las raíces históricas y las manifestaciones contemporáneas del antisemitismo. La universidad sostiene que la “educación” y el “diálogo respetuoso” son las herramientas más duraderas para enfrentar este fenómeno.

En paralelo, Columbia iniciará nuevas colaboraciones con organizaciones interreligiosas y de diálogo constructivo, como Interfaith America y el Constructive Dialogue Institute. Estas iniciativas buscan tender puentes entre comunidades diversas y fortalecer un ambiente de respeto mutuo en el campus.

Un cartel colocado en el campamento de manifestación pro-palestino en la Universidad de Columbia en Nueva York, el lunes 22 de abril de 2024

Finalmente, se reforzará la política institucional de “tolerancia cero” frente al antisemitismo y cualquier forma de discurso de odio. Además, Columbia anunció que no reconocerá ni mantendrá reuniones con el grupo “Columbia University Apartheid Divest” (CUAD), una coalición de organizaciones estudiantiles que consideran a “Palestina como la vanguardia de nuestra liberación colectiva”, ni con sus organizaciones afiliadas, a las que la universidad acusa de promover la violencia y socavar su misión académica.

La postura de Harvard

Durante la presidencia de Trump, varias universidades estadounidenses se convirtieron en blanco de una fuerte ofensiva política, en un intento por limitar lo que el gobierno consideraba discursos y actividades contrarias a sus intereses. Entre estas instituciones, Harvard fue el principal blanco de las presiones del Ejecutivo, que incluían desde recortes de fondos federales hasta exigencias para sancionar a grupos estudiantiles vinculados al activismo pro-palestino.

A diferencia de Columbia, Harvard —que también adoptó en enero la definición ampliada de antisemitismo como parte de un acuerdo judicial— ha resistido con firmeza la presión del gobierno de Trump para implementar otras medidas asociadas. La institución sostiene que su independencia institucional es clave para preservar un debate académico abierto y plural, y advierte que ceder ante presiones externas sentaría un precedente peligroso.

Las protestas pro palestinas en Harvard han sido una constante desde 2023

Esta resistencia también está vinculada a factores estructurales: Harvard tiene una menor dependencia de los fondos federales que Columbia, lo que le permite mayor autonomía para enfrentar embestidas políticas. Por otro lado, ha recurrido a acciones legales para proteger sus intereses, no solo en materia de financiamiento, sino también para garantizar la permanencia y bienestar de sus estudiantes extranjeros, afectados por políticas migratorias restrictivas. En contraste, Columbia ha optado por una vía más conciliadora con el gobierno federal.

Agencia AP y diario The New York Times

NUEVA YORK.- A la espera de un acuerdo sobre los fondos federales, la Universidad de Columbia anunció el martes nuevas reformas para combatir el antisemitismo en el campus, entre ellas la adopción formal de una polémica definición que considera algunas críticas al Estado de Israel como expresiones antisemitas.

Los cambios, varios de los cuales habían sido reclamados durante años por organizaciones judías pro-Israel, se enmarcan en las negociaciones de un posible acuerdo entre Columbia y el gobierno de Trump para desbloquear más de 400 millones de dólares en fondos de investigación. Dichos fondos fueron suspendidos tras denuncias de que la institución no estaba tomando medidas suficientes para combatir el antisemitismo en el campus.

Según revelaron al New York Times dos fuentes con conocimiento directo de las conversaciones, el acuerdo —que podría cerrarse esta misma semana— incluiría probablemente una multa millonaria que Columbia debería pagar para resolver las acusaciones. Además, impondría nuevas reformas como condición para restablecer el acceso de la universidad a los fondos federales.

A su vez, la Universidad de Columbia accedió a una de las exigencias del gobierno de Trump al colocar su departamento de Estudios de Medio Oriente bajo una nueva supervisión.

El profesor adjunto de la Universidad de Columbia, Shai Davidai, lee los nombres de los rehenes israelíes retenidos por Hamas después de que se les negara el acceso al campus principal, para impedirle acceder al césped actualmente ocupado por manifestantes estudiantiles pro-Palestina en Nueva York el lunes 22 de abril de 2024

La medida forma parte de una serie de “compromisos adicionales” anunciados por la presidenta interina de la universidad, Claire Shipman, en una carta difundida el 15 de julio, con el objetivo de reforzar la respuesta institucional frente al antisemitismo.

Una de las principales novedades es la incorporación formal de la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés) a las políticas antidiscriminatorias de la Oficina de Equidad Institucional (OIE). Esta definición, que ya era utilizada con fines pedagógicos por el Task Force contra el Antisemitismo, pasará ahora a emplearse también como herramienta para identificar y evaluar conductas con posible intención discriminatoria, en línea con las recomendaciones del Departamento de Educación de Estados Unidos.

Otra medida importante es la designación de nuevos coordinadores para los Títulos VI y VII, que supervisan el cumplimiento de las leyes federales que prohíben la discriminación por motivos de raza, religión, origen nacional, género y otros factores. Estos funcionarios, que operarán dentro de la OIE, estarán encargados de responder a denuncias, asesorar a las partes involucradas y elaborar informes anuales públicos con estadísticas sobre casos, investigaciones y resultados. Columbia espera que esta mayor transparencia contribuya a fortalecer la confianza de la comunidad en los mecanismos institucionales.

La gente se reúne mientras los profesores de la Universidad de Columbia se pronuncian contra la represión de la universidad contra los estudiantes pro palestinos en la Universidad de Columbia en Nueva York el lunes 22 de abril de 2024

Además, la universidad ampliará su oferta de formación sobre antisemitismo mediante alianzas con organizaciones judías tanto nacionales como internacionales, entre ellas Project Shema, la Anti-Defamation League (ADL), la Fundación para Combatir el Antisemitismo y Kalaniyot. También se evalúa una posible colaboración con Yad Vashem, la institución oficial israelí dedicada a la memoria de las víctimas del Holocausto.

Estos programas estarán dirigidos a estudiantes, profesores y personal administrativo, con el objetivo de fomentar una comprensión más profunda de las raíces históricas y las manifestaciones contemporáneas del antisemitismo. La universidad sostiene que la “educación” y el “diálogo respetuoso” son las herramientas más duraderas para enfrentar este fenómeno.

En paralelo, Columbia iniciará nuevas colaboraciones con organizaciones interreligiosas y de diálogo constructivo, como Interfaith America y el Constructive Dialogue Institute. Estas iniciativas buscan tender puentes entre comunidades diversas y fortalecer un ambiente de respeto mutuo en el campus.

Un cartel colocado en el campamento de manifestación pro-palestino en la Universidad de Columbia en Nueva York, el lunes 22 de abril de 2024

Finalmente, se reforzará la política institucional de “tolerancia cero” frente al antisemitismo y cualquier forma de discurso de odio. Además, Columbia anunció que no reconocerá ni mantendrá reuniones con el grupo “Columbia University Apartheid Divest” (CUAD), una coalición de organizaciones estudiantiles que consideran a “Palestina como la vanguardia de nuestra liberación colectiva”, ni con sus organizaciones afiliadas, a las que la universidad acusa de promover la violencia y socavar su misión académica.

La postura de Harvard

Durante la presidencia de Trump, varias universidades estadounidenses se convirtieron en blanco de una fuerte ofensiva política, en un intento por limitar lo que el gobierno consideraba discursos y actividades contrarias a sus intereses. Entre estas instituciones, Harvard fue el principal blanco de las presiones del Ejecutivo, que incluían desde recortes de fondos federales hasta exigencias para sancionar a grupos estudiantiles vinculados al activismo pro-palestino.

A diferencia de Columbia, Harvard —que también adoptó en enero la definición ampliada de antisemitismo como parte de un acuerdo judicial— ha resistido con firmeza la presión del gobierno de Trump para implementar otras medidas asociadas. La institución sostiene que su independencia institucional es clave para preservar un debate académico abierto y plural, y advierte que ceder ante presiones externas sentaría un precedente peligroso.

Las protestas pro palestinas en Harvard han sido una constante desde 2023

Esta resistencia también está vinculada a factores estructurales: Harvard tiene una menor dependencia de los fondos federales que Columbia, lo que le permite mayor autonomía para enfrentar embestidas políticas. Por otro lado, ha recurrido a acciones legales para proteger sus intereses, no solo en materia de financiamiento, sino también para garantizar la permanencia y bienestar de sus estudiantes extranjeros, afectados por políticas migratorias restrictivas. En contraste, Columbia ha optado por una vía más conciliadora con el gobierno federal.

Agencia AP y diario The New York Times

 La institución con sede en Nueva York intenta recuperar más de 400 millones de dólares en fondos federales para investigación  LA NACION

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