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“Nunca estuvo de acuerdo”: renunció un importante funcionario tras el paso de la motosierra por un instituto

Renunció el presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Claudio Dunan, tras oficializarse la disolución del organismo, que pasará a ser una dirección nacional de Semillas, dependiente de la Secretaría de Agricultura. Su decisión se dio tras el avance del plan de reestructuración del Estado impulsado por el presidente Javier Milei y ejecutado por el ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzenegger. Según confirmaron a LA NACION fuentes cercanas al ahora expresidente, Dunan se fue “por una cuestión de principios” y “sin rencores, pero con claridad”. Comunicó su salida el viernes pasado a todo el equipo y a la cartera agrícola.

Desde su entorno afirmaron que “nunca estuvo de acuerdo con el cierre del Inase” y aseguraron que defendió su continuidad hasta el último momento. Volverá al sector privado, desde donde llegó a la gestión pública. El candidato a ocuparse de lo que hacía Dunan con el exInase se llama Martín Famulari, quien días atrás fue designado en el cargo de Director de Innovación, Buenas Prácticas y Tecnología Agrícola.

Nicolás Pino, presidente de la SRA: “Se viene un tiempo duro, muy ajustado: es el momento de terminar con los derechos de exportación”

Todo comenzó a principios de este mes cuando el gobierno de Javier Milei disolvió con el decreto 462/25 este organismo descentralizado para transformarlo en una dirección nacional. El Inase es autoridad de aplicación de la ley de semillas y realiza tareas de fiscalización, registro y control en la materia. Según aclararon fuentes allegadas, su salida “no es por una cuestión ideológica, sino técnica”, ya que, en su opinión, el Inase no encajaba en la lógica del recorte que busca el Gobierno, porque se financiaba con recursos propios y es superavitario. Cobra por los servicios prestados a empresas del sector semillero.

Vale recordar que el economista y agrónomo, con amplia trayectoria en la industria semillera y exdirector de Estrategia de la firma Bioceres, había asumido al frente del Inase en diciembre de 2023, con el objetivo de profesionalizar, modernizar y fortalecer la fiscalización del sistema de semillas.

En 2024 el presupuesto se duplicó a 20 millones de dólares

Durante su gestión, según los números del propio organismo, se avanzó en la digitalización de trámites, se redujo el plantel que estaba en 235 personas y se logró duplicar la recaudación del organismo. En 2023 tuvo un presupuesto de aproximadamente 10 millones de dólares, de los cuales el 50% se destinó al pago de haberes. En 2024 ese presupuesto se duplicó a 20 millones de dólares, aunque los haberes representaron apenas el 25% de ese total. Para 2025 proyectaba ingresos por $25.000 millones.

No obstante, pese a ese escenario superavitario, el Gobierno decidió avanzar con la disolución, bajo el argumento de “achicar el gasto”, a través de un proceso de reestructuración en el ámbito de la administración pública. Según allegados al exfuncionario, estimaron que el ahorro de la medida rondaría apenas los $1000 millones, una cifra marginal frente a lo que el Inase recaudaba por su rol en la fiscalización de semillas.

La posición de Dunan sobre la disolución del Instituto se dio a conocer en la cartera agrícola desde el primer momento, cuando comenzaron a circular las versiones de que iba a pasar a ser una dirección. Algo que, según mencionaron, también conocía el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, que tampoco habría estaba de acuerdo con la disolución del Inase, la que habría intentado frenar, aunque sin éxito.

Según mencionaron las fuentes consultadas, “disolver el Inase es un mal mensaje” para el sector agropecuario, sobre todo porque el organismo se había empezado a fortalecer en los últimos años. En este contexto, aclararon que la función de fiscalizar semillas no se puede suprimir, porque si no se hace, no hay mercado.

Claudio Dunan acompañó la transición del Inase antes de su salida

Reiteraron que la decisión de avanzar sobre el Inase “viene de más arriba”, y es “una decisión política con mirada macroeconómica”, por ende no pudieron detenerla. Coincidieron en que la visión y el mensaje que había dado al equipo a su llegada al instituto era que al “Inase había que fortalecerlo”, no desarmarlo. En su momento, además, había señalado en la cartera que si no se mantiene un sistema sólido de control sobre el origen de las semillas, la consecuencia será una caída de ingresos y de inversión en genética, lo que afectará directamente la competitividad del agro.

A lo largo de las últimas dos semanas, Dunan acompañó parte de la transición interna de la disolución para garantizar la continuidad de funciones clave como el registro de variedades, el control del mercado de semillas y la fiscalización de genética vegetal. Una vez concluido ese proceso, el directivo decidió dar un paso al costado.

Renunció el presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Claudio Dunan, tras oficializarse la disolución del organismo, que pasará a ser una dirección nacional de Semillas, dependiente de la Secretaría de Agricultura. Su decisión se dio tras el avance del plan de reestructuración del Estado impulsado por el presidente Javier Milei y ejecutado por el ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzenegger. Según confirmaron a LA NACION fuentes cercanas al ahora expresidente, Dunan se fue “por una cuestión de principios” y “sin rencores, pero con claridad”. Comunicó su salida el viernes pasado a todo el equipo y a la cartera agrícola.

Desde su entorno afirmaron que “nunca estuvo de acuerdo con el cierre del Inase” y aseguraron que defendió su continuidad hasta el último momento. Volverá al sector privado, desde donde llegó a la gestión pública. El candidato a ocuparse de lo que hacía Dunan con el exInase se llama Martín Famulari, quien días atrás fue designado en el cargo de Director de Innovación, Buenas Prácticas y Tecnología Agrícola.

Nicolás Pino, presidente de la SRA: “Se viene un tiempo duro, muy ajustado: es el momento de terminar con los derechos de exportación”

Todo comenzó a principios de este mes cuando el gobierno de Javier Milei disolvió con el decreto 462/25 este organismo descentralizado para transformarlo en una dirección nacional. El Inase es autoridad de aplicación de la ley de semillas y realiza tareas de fiscalización, registro y control en la materia. Según aclararon fuentes allegadas, su salida “no es por una cuestión ideológica, sino técnica”, ya que, en su opinión, el Inase no encajaba en la lógica del recorte que busca el Gobierno, porque se financiaba con recursos propios y es superavitario. Cobra por los servicios prestados a empresas del sector semillero.

Vale recordar que el economista y agrónomo, con amplia trayectoria en la industria semillera y exdirector de Estrategia de la firma Bioceres, había asumido al frente del Inase en diciembre de 2023, con el objetivo de profesionalizar, modernizar y fortalecer la fiscalización del sistema de semillas.

En 2024 el presupuesto se duplicó a 20 millones de dólares

Durante su gestión, según los números del propio organismo, se avanzó en la digitalización de trámites, se redujo el plantel que estaba en 235 personas y se logró duplicar la recaudación del organismo. En 2023 tuvo un presupuesto de aproximadamente 10 millones de dólares, de los cuales el 50% se destinó al pago de haberes. En 2024 ese presupuesto se duplicó a 20 millones de dólares, aunque los haberes representaron apenas el 25% de ese total. Para 2025 proyectaba ingresos por $25.000 millones.

No obstante, pese a ese escenario superavitario, el Gobierno decidió avanzar con la disolución, bajo el argumento de “achicar el gasto”, a través de un proceso de reestructuración en el ámbito de la administración pública. Según allegados al exfuncionario, estimaron que el ahorro de la medida rondaría apenas los $1000 millones, una cifra marginal frente a lo que el Inase recaudaba por su rol en la fiscalización de semillas.

La posición de Dunan sobre la disolución del Instituto se dio a conocer en la cartera agrícola desde el primer momento, cuando comenzaron a circular las versiones de que iba a pasar a ser una dirección. Algo que, según mencionaron, también conocía el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, que tampoco habría estaba de acuerdo con la disolución del Inase, la que habría intentado frenar, aunque sin éxito.

Según mencionaron las fuentes consultadas, “disolver el Inase es un mal mensaje” para el sector agropecuario, sobre todo porque el organismo se había empezado a fortalecer en los últimos años. En este contexto, aclararon que la función de fiscalizar semillas no se puede suprimir, porque si no se hace, no hay mercado.

Claudio Dunan acompañó la transición del Inase antes de su salida

Reiteraron que la decisión de avanzar sobre el Inase “viene de más arriba”, y es “una decisión política con mirada macroeconómica”, por ende no pudieron detenerla. Coincidieron en que la visión y el mensaje que había dado al equipo a su llegada al instituto era que al “Inase había que fortalecerlo”, no desarmarlo. En su momento, además, había señalado en la cartera que si no se mantiene un sistema sólido de control sobre el origen de las semillas, la consecuencia será una caída de ingresos y de inversión en genética, lo que afectará directamente la competitividad del agro.

A lo largo de las últimas dos semanas, Dunan acompañó parte de la transición interna de la disolución para garantizar la continuidad de funciones clave como el registro de variedades, el control del mercado de semillas y la fiscalización de genética vegetal. Una vez concluido ese proceso, el directivo decidió dar un paso al costado.

 Claudio Dunan se fue del disuelto Instituto Nacional de Semillas, que pasará a ser una dirección nacional; no comulgaba con la reducción de la jerarquía del ente  LA NACION

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