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La tensa negociación con Karina Milei por las listas porteñas enfrenta a los primos Macri: “Aún no hay acuerdo”

El futuro del armado electoral de Pro en la Capital abrió una grieta entre los Macri. Si bien el vínculo personal y político entre el expresidente y el jefe de gobierno porteño se ha ido deteriorando durante los últimos meses -sobre todo, tras la dura derrota en los comicios del 18 de mayo pasado-, la negociación que se abrió con Karina Milei para que La Libertad Avanza (LLA) y el macrismo confluyan en las listas de la ciudad de Buenos Aries durante las legislativas nacionales de octubre provocó un fuerte enfrentamiento entre los primos.

Es sabido que Jorge Macri preferiría apostar a una nueva coalición que emule al extinto Juntos por el Cambio en su distrito para competir contra LLA y el peronismo y que el titular de Pro se inclina por explorar una alianza con la Casa Rosada y conseguir que dos o tres de sus leales puestos “entrables” en las nóminas de diputados nacionales. Dado que los Milei pusieron como primera condición que el jefe porteño, a quien el Presidente le negó el saludo y lo acusa de haberlo traicionado, no participe de las conversaciones, Mauricio Macri se involucró directamente el armado de la estrategia para intentar acercar posiciones. Le pidió colaboración a Cristian Ritondo y avaló a Ezequiel Sabor como interlocutor con los lugartenientes de Karina Milei en la Capital.

Todo marchaba acorde al plan, pero Jorge Macri ensayó una jugada de última hora que descolocó al expresidente. Anoche, durante la asamblea de Pro de la Capital, se aseguró la firma de la alianza del partido. Es decir, se subió al ring, desafiando el deseo de los Milei de que sea apartado de la mesa de negociaciones.

Por ahora, hay un tenso ida y vuelta. Y la fumata blanca aún no aparece. “En este momento no hay acuerdo”, afirmó una fuente de Pro que sigue de cerca los intercambios con los emisarios de LLA. En Balcarce 50 también son cautos. El plazo para inscribir los frentes vence el próximo jueves 7 de agosto. Y en Uspallata crece la ansiedad: “Los tiempos se van acortando”.

Jorge Macri le da la mano a Karina Milei, después de que el Presidente le negara el saludo

Reproches cruzados

Por lo pronto, la maniobra del jefe porteño fue sorpresiva y sumó ruido en las tertulias políticas. Es que en la antesala de la cumbre partidaria se había acordado que Sabor sería el encargado de rubricar el eventual frente que haga Pro con otros espacios y que sería secundado por Ezequiel Jarvis. Sin embargo, Jorge Macri, quien preside al partido en la Capital, quiso quedarse la facultad de firmar el posible acuerdo. Sabor, en tanto, fue puesto como suplente y Jarvis será el apoderado legal.

El movimiento inesperado desconcertó a los integrantes del clan de Mauricio Macri. Entre los fieles al expresidente no logran descifrar las razones de la decisión del jefe porteño. “Era sabido que firmaban Sabor y Jarvis. Es muy raro. O juega para voltear el acuerdo o quiere subirse al ring”, manifestó un habitante del círculo íntimo del exmandatario. Ya del lado de los acuerdistas, los fieles seguidores de Macri consideran que el primo Jorge tuvo una “actitud intempestiva” al verse apartado.

En la Casa Rosada ningunearon la movida. Quienes orbitan cerca de Karina Milei insisten en que solo charlan con Mauricio Macri y Sabor. Es más: consideran que el jefe porteño no terminará firmando la alianza y tampoco figuraría en la eventual presentación de un entendimiento. “Actúa como un patrón de estancia. Está claro que no quiere acordar o quiere hacer caer la negociación”, expresaron desde el comando de LLA.

Alrededor de Jorge Macri apelan a la ironía para justificar el movimiento. Repiten que es el presidente de Pro en Buenos Aires y que si Karina Milei quiere confluir con su fuerza en la Capital no debería tener objeciones a que él firme el pacto.

¿El alcalde exigirá ahora que los candidatos propuestos a la hermana del Presidente sean dirigentes de su riñón o tolerará que los elija su primo? Por lo pronto, “El Jefe” ya fijó una condición desde la Casa Rosada: quiere perfiles amigables y vetará a los combativos, como María Eugenia Vidal. La exgobernadora, entre tanto, ya definió que no jugará si hay apretón de manos entre el macrismo y Milei. Ella preferiría que se rearme JxC o que Pro compita en soledad o sume a otras fuerzas. Por estas horas, trascendió el plan de repatriar a Horacio Rodríguez Larreta y cerrar filas con Graciela Ocaña (Confianza Pública), quien ya se lanzó como candidata a senadora. Por ahora, Larreta se mantiene alejado del escenario nacional, aunque su grupo apoya el armado de una tercera vía de centro.

Con ese trasfondo, las tratativas para conformar un frente con “las fuerzas del cielo” y compartir las listas en octubre estaban trabadas hasta este viernes. Con Mauricio Macri al frente de la tropa de acuerdistas, los negociadores de Pro piden dos o tres lugares entre los primeros seis puestos de la lista de diputados nacionales de los Milei. Dado que los amarrillos renuevan tres escaños en la Capital, los consejeros de Macri consideran que sería razonable garantizarse al menos dos casilleros entre los “entrables”. Sería una cosecha que les permitiría defender el acuerdo y evitar reproches internos. “Si vamos solos o con JxC no hay garantías de que saquemos dos diputados. Además, si vamos con la UCR o la CC, hay que mezclar y repartir”, estimaron. Los radicales de Daniel Angelici, el flamante consigliere de Jorge Macri, y los lilitos lucen expectantes y se esperanzan de que se frustre la convergencia con los libertarios.

Después de que Ritondo pactara con los Milei en Buenos Aires, Macri les transmitió a los suyos que sería coherente que Pro y LLA también confluyan en la Capital. “¿Cómo explicamos que estamos juntos de un lado de la General Paz y , del otro, competimos”, retrataron en el núcleo duro del macrismo. A su vez, el jefe de Pro quiere evitar otra derrota después de la debacle del 18 de mayo. Al converger con Milei en la ciudad, ganaría tiempo para rearmarse e intentar defender la Ciudad en 2027.

El giro de los Milei

A pesar de que aceptaron discutir la oferta de Pro, en una señal inesperada de pragmatismo en plena tormenta cambiaria, Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem y Pilar Ramírez lucen intransigentes. No solo envían señales de que impondrán el color violeta y el nombre del frente, como ocurrió en Buenos Aires, sino que no tienen interés de ceder demasiados lugares a sus aliados naturales y le cierran la puerta a conversar siquiera de la nómina de senadores. Y, ante todo, quieren evaluar las propuestas que acerque Pro. Con la mira en el recambio legislativo de diciembre y en asegurar la gobernabilidad, no quieren permitir el paso de eventuales díscolos: apuestan a obedientes que voten a libro cerrado. En principio, Macri no pediría por Fernando Iglesias, cuyo mandato vence en diciembre. Tampoco lo hará Patricia Bullrich, quien defenderá a la conversa al mileismo Sabrina Ajmechet.

Detrás de la sorpresiva decisión de Karina Milei de habilitar el diálogo con Pro en la Capital aparecen las figuras de los Menem y Sebastián Pareja o el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En rigor, ella empezó a exhibir inquietud por la gobernabilidad ante los reveses que sufrió Milei en el Congreso cuando les requirió a sus soldados en la Legislatura que no incomodaran a Pro durante la última sesión de julio. Es más: los libertarios se abstuvieron en la votación de la ampliación del beneficio del subte gratis para jubilados.

Hoy, Bullrich avaló la idea de converger con sus excompañeros de Pro. “Me parece lo más coherente y razonable”, expresó. En el entorno de la ministra de Seguridad -que lideraría la boleta de senadores- se muestran sorprendidos por el giro de “El Jefe”, pero elogian la decisión para evitar confusiones en el electorado, sobre todo, porque la campaña bonaerense se solapará con la definición de candidaturas nacionales. Bullrich negó que haya retomado el diálogo con Macri y ya imagina un futuro en el Senado. Pese que podría ser una alternativa para secundar a Milei en la fórmula para disputar la reelección dentro de dos años, quienes la trataron últimamente la notaron entusiasmada con su próxima meta: pelea por la jefatura de gobierno en 2027.

El futuro del armado electoral de Pro en la Capital abrió una grieta entre los Macri. Si bien el vínculo personal y político entre el expresidente y el jefe de gobierno porteño se ha ido deteriorando durante los últimos meses -sobre todo, tras la dura derrota en los comicios del 18 de mayo pasado-, la negociación que se abrió con Karina Milei para que La Libertad Avanza (LLA) y el macrismo confluyan en las listas de la ciudad de Buenos Aries durante las legislativas nacionales de octubre provocó un fuerte enfrentamiento entre los primos.

Es sabido que Jorge Macri preferiría apostar a una nueva coalición que emule al extinto Juntos por el Cambio en su distrito para competir contra LLA y el peronismo y que el titular de Pro se inclina por explorar una alianza con la Casa Rosada y conseguir que dos o tres de sus leales puestos “entrables” en las nóminas de diputados nacionales. Dado que los Milei pusieron como primera condición que el jefe porteño, a quien el Presidente le negó el saludo y lo acusa de haberlo traicionado, no participe de las conversaciones, Mauricio Macri se involucró directamente el armado de la estrategia para intentar acercar posiciones. Le pidió colaboración a Cristian Ritondo y avaló a Ezequiel Sabor como interlocutor con los lugartenientes de Karina Milei en la Capital.

Todo marchaba acorde al plan, pero Jorge Macri ensayó una jugada de última hora que descolocó al expresidente. Anoche, durante la asamblea de Pro de la Capital, se aseguró la firma de la alianza del partido. Es decir, se subió al ring, desafiando el deseo de los Milei de que sea apartado de la mesa de negociaciones.

Por ahora, hay un tenso ida y vuelta. Y la fumata blanca aún no aparece. “En este momento no hay acuerdo”, afirmó una fuente de Pro que sigue de cerca los intercambios con los emisarios de LLA. En Balcarce 50 también son cautos. El plazo para inscribir los frentes vence el próximo jueves 7 de agosto. Y en Uspallata crece la ansiedad: “Los tiempos se van acortando”.

Jorge Macri le da la mano a Karina Milei, después de que el Presidente le negara el saludo

Reproches cruzados

Por lo pronto, la maniobra del jefe porteño fue sorpresiva y sumó ruido en las tertulias políticas. Es que en la antesala de la cumbre partidaria se había acordado que Sabor sería el encargado de rubricar el eventual frente que haga Pro con otros espacios y que sería secundado por Ezequiel Jarvis. Sin embargo, Jorge Macri, quien preside al partido en la Capital, quiso quedarse la facultad de firmar el posible acuerdo. Sabor, en tanto, fue puesto como suplente y Jarvis será el apoderado legal.

El movimiento inesperado desconcertó a los integrantes del clan de Mauricio Macri. Entre los fieles al expresidente no logran descifrar las razones de la decisión del jefe porteño. “Era sabido que firmaban Sabor y Jarvis. Es muy raro. O juega para voltear el acuerdo o quiere subirse al ring”, manifestó un habitante del círculo íntimo del exmandatario. Ya del lado de los acuerdistas, los fieles seguidores de Macri consideran que el primo Jorge tuvo una “actitud intempestiva” al verse apartado.

En la Casa Rosada ningunearon la movida. Quienes orbitan cerca de Karina Milei insisten en que solo charlan con Mauricio Macri y Sabor. Es más: consideran que el jefe porteño no terminará firmando la alianza y tampoco figuraría en la eventual presentación de un entendimiento. “Actúa como un patrón de estancia. Está claro que no quiere acordar o quiere hacer caer la negociación”, expresaron desde el comando de LLA.

Alrededor de Jorge Macri apelan a la ironía para justificar el movimiento. Repiten que es el presidente de Pro en Buenos Aires y que si Karina Milei quiere confluir con su fuerza en la Capital no debería tener objeciones a que él firme el pacto.

¿El alcalde exigirá ahora que los candidatos propuestos a la hermana del Presidente sean dirigentes de su riñón o tolerará que los elija su primo? Por lo pronto, “El Jefe” ya fijó una condición desde la Casa Rosada: quiere perfiles amigables y vetará a los combativos, como María Eugenia Vidal. La exgobernadora, entre tanto, ya definió que no jugará si hay apretón de manos entre el macrismo y Milei. Ella preferiría que se rearme JxC o que Pro compita en soledad o sume a otras fuerzas. Por estas horas, trascendió el plan de repatriar a Horacio Rodríguez Larreta y cerrar filas con Graciela Ocaña (Confianza Pública), quien ya se lanzó como candidata a senadora. Por ahora, Larreta se mantiene alejado del escenario nacional, aunque su grupo apoya el armado de una tercera vía de centro.

Con ese trasfondo, las tratativas para conformar un frente con “las fuerzas del cielo” y compartir las listas en octubre estaban trabadas hasta este viernes. Con Mauricio Macri al frente de la tropa de acuerdistas, los negociadores de Pro piden dos o tres lugares entre los primeros seis puestos de la lista de diputados nacionales de los Milei. Dado que los amarrillos renuevan tres escaños en la Capital, los consejeros de Macri consideran que sería razonable garantizarse al menos dos casilleros entre los “entrables”. Sería una cosecha que les permitiría defender el acuerdo y evitar reproches internos. “Si vamos solos o con JxC no hay garantías de que saquemos dos diputados. Además, si vamos con la UCR o la CC, hay que mezclar y repartir”, estimaron. Los radicales de Daniel Angelici, el flamante consigliere de Jorge Macri, y los lilitos lucen expectantes y se esperanzan de que se frustre la convergencia con los libertarios.

Después de que Ritondo pactara con los Milei en Buenos Aires, Macri les transmitió a los suyos que sería coherente que Pro y LLA también confluyan en la Capital. “¿Cómo explicamos que estamos juntos de un lado de la General Paz y , del otro, competimos”, retrataron en el núcleo duro del macrismo. A su vez, el jefe de Pro quiere evitar otra derrota después de la debacle del 18 de mayo. Al converger con Milei en la ciudad, ganaría tiempo para rearmarse e intentar defender la Ciudad en 2027.

El giro de los Milei

A pesar de que aceptaron discutir la oferta de Pro, en una señal inesperada de pragmatismo en plena tormenta cambiaria, Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem y Pilar Ramírez lucen intransigentes. No solo envían señales de que impondrán el color violeta y el nombre del frente, como ocurrió en Buenos Aires, sino que no tienen interés de ceder demasiados lugares a sus aliados naturales y le cierran la puerta a conversar siquiera de la nómina de senadores. Y, ante todo, quieren evaluar las propuestas que acerque Pro. Con la mira en el recambio legislativo de diciembre y en asegurar la gobernabilidad, no quieren permitir el paso de eventuales díscolos: apuestan a obedientes que voten a libro cerrado. En principio, Macri no pediría por Fernando Iglesias, cuyo mandato vence en diciembre. Tampoco lo hará Patricia Bullrich, quien defenderá a la conversa al mileismo Sabrina Ajmechet.

Detrás de la sorpresiva decisión de Karina Milei de habilitar el diálogo con Pro en la Capital aparecen las figuras de los Menem y Sebastián Pareja o el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En rigor, ella empezó a exhibir inquietud por la gobernabilidad ante los reveses que sufrió Milei en el Congreso cuando les requirió a sus soldados en la Legislatura que no incomodaran a Pro durante la última sesión de julio. Es más: los libertarios se abstuvieron en la votación de la ampliación del beneficio del subte gratis para jubilados.

Hoy, Bullrich avaló la idea de converger con sus excompañeros de Pro. “Me parece lo más coherente y razonable”, expresó. En el entorno de la ministra de Seguridad -que lideraría la boleta de senadores- se muestran sorprendidos por el giro de “El Jefe”, pero elogian la decisión para evitar confusiones en el electorado, sobre todo, porque la campaña bonaerense se solapará con la definición de candidaturas nacionales. Bullrich negó que haya retomado el diálogo con Macri y ya imagina un futuro en el Senado. Pese que podría ser una alternativa para secundar a Milei en la fórmula para disputar la reelección dentro de dos años, quienes la trataron últimamente la notaron entusiasmada con su próxima meta: pelea por la jefatura de gobierno en 2027.

 El jefe porteño se garantizó la firma de la alianza de Pro en la Capital, un gesto que desconcertó al expresidente; diferencias por el futuro del armado porteño  LA NACION

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